Testimonio: curación cuello uterino

Pascua en treinta días... (carcinoma en el cuello del útero)

El testimonio

Es martes 12 de marzo de 2002. María viene a verme de parte una amiga suya, Lucía, quien es también amiga mía sabe que estoy familiarizado con la Nueva Medicina. María llega con un diagnóstico de carcinoma en el cuello del útero y con la recomendación de operarse urgentemente en los días siguientes. Después del saludo inicial, le digo:

— ¿Y entonces...?

María me contesta:
— Tengo un tumor en el útero.

Yo le replico:
— ¿Cómo sabes que estás enferma?

Y ella contesta:
— Porque me lo han dicho.

Yo insisto:
— Pero tú, ¿cómo sabes que estás enferma?

Un silencio y después:
— Porque está escrito en la hoja...
—¿Pero tú cómo lo sabes?

Otro silencio, y después:
— No lo sé, no entiendo la pregunta.
— ¿Tienes dolores, problemas?
— No
— Y entonces ¿por qué afirmas que estás enferma?

Otro silencio y, con una sonrisa, María responde:
— No me siento enferma.
— Ellos, los otros, ¿qué te dicen?
— Que tengo que operarme.
— ¿Y tú?
— No me quiero operar.
— ¿Cuántos años tienes?
— Veintitrés.
— ¿Qué te preocupa en este momento?
— Quiero tener hijos, es importante para mí.
— ¿Qué te dicen los médicos que te operarían?
— Dicen que la operación podría ser superficial y que no se vería afectada la posibilidad de tener hijos, pero yo no me fío, no quiero operarme.
— Pero sabes que si te operas ahora podría ser una intervención fácil, mientras que si esperas, la situación podría empeorar y se verían obligados a extirparte todo el útero y tal vez más.
— Lo sé, pero yo no me siento enferma, es como si esto no fuese mío, como si le pasara a otra persona y no me quiero operar.
— ¿Por qué no te quieres operar?
— Porque tengo miedo de las inyecciones y de las jeringas.
— No me parece un motivo lo suficientemente válido para no operarte. Si quieres, podemos trabajar sobre este miedo de las jeringas y ayudarte a que lo pierdas.
— De todas maneras no quiero operarme, esto no me pertenece, no existe...

De acuerdo. Para entenderlo bien, me gustaría hacerte una breve sesión de reflexología podal. Normalmente requiere cierto tiempo, pero será solamente para relajarte un poco.

La sesión dura unos diez minutos; suficientes para verificar el estado de salud de María, que parece muy bueno, lo cual aumenta mi seguridad.

— Por ahora lo dejamos aquí, ¿quieres que te explique en qué consiste la Nueva Medicina? Te daré un librito (véase bibliografía) que explica su esencia. Lee la entrevista de Hamer y nos vemos.

María vuelve el jueves 14. Me cuenta que ha leído el libro, que se siente en sintonía con cuanto está allí escrito y que quiere continuar trabajando conmigo. Le hago un tratamiento de reflexología podal.

La sesión dura cuarenta minutos. María entra en un estado de relajación profunda. En sus pies se observa que tiene un estado de salud excepcionalmente bueno, sin problemas particulares en los órganos esenciales. Por tanto, se deduce que tiene un organismo que puede reaccionar bien y rápidamente.

Cuando se despierta me pregunta:

— ¿Pero cuánta gente me estaba haciendo el tratamiento?
— Te has relajado muy profundamente, tu cuerpo ha entrado en un estado de vibración especial... Tienes una salud excelente, puedes enfrentarte perfectamente a problemas de salud.
— Desde hace cierto tiempo estoy atenta a mi salud, estoy en contacto con otros profesionales y me someto a tratamientos especiales de vez en cuando. Es por eso que me siento sana y no quiero operarme.
— Es verdad que con una operación nunca puedes estar segura al cien por cien de cómo irán las cosas. Cuando están operando, por ejemplo, a lo mejor por razones de seguridad, se ven en la tesitura de extirpar más de la cuenta, tanto que, efectivamente, podrías incluso no poder tener hijos. Ahora bien, dime, ¿en qué se basa el diagnóstico de carcinoma que te han hecho?
— Después de un test Papanicolau que dio positivo, me hicieron una biopsia. El resultado de la biopsia es: carcinoma en el cuello del útero, infiltrante.
— ¿Cuándo te hicieron el test Papanicolau?
— Hace tres semanas aproximadamente
— Eso quiere decir que desde hace un mes, más o menos, estás manteniendo relaciones sexuales espléndidas, tal vez con un nuevo chico.

Me mira sorprendida y dice:
— Sí, es verdad.
— Y antes de conocer a este chico has vivido un período de gran tristeza sexual.

Mira más sorprendida y me pregunta:

— Exacto, ¿cómo lo sabes?
— Son deducciones elementales para quien conoce la Nueva Medicina. En el período de la frustración sexual, los tejidos (la mucosa del cuello del útero) se contraen, se ulceran, es como si se muriesen. Con el amor y la satisfacción sexual, por el contrario, consigues relajarte, los tejidos comienzan a reconstruir la zona ulcerada, desechando gran cantidad de células muertas. Si en aquel momento se hace un test Papanicolau, da un resultado positivo.

¿Cómo te sentiste después del resultado positivo y cuando te informaron que te habrían hecho una biopsia?

— Muy mal, no podía sacármelo de la cabeza.
— Y a partir del momento de la biopsia, ¿cómo han ido las relaciones sexuales?
— No conseguía vivirlas serenamente porque estaba pensando siempre en la enfermedad.
— ¿También por la noche?
— Me costaba dormirme
— ¿Y te despertabas por la noche?
— Sí, hacia las dos o las tres de la madrugada.
— ¿Tenías las manos frías?
— Friísimas
— Por tanto, cuando hicieron la biopsia, te encontraron un carcinoma.

Silencio.

Según la Nueva Medicina, el diagnóstico negativo tiene una impronta fatal y constituye de por sí un choque. Si se vive intensa, visceralmente y en soledad, se reactiva un tumor existente o se crea uno nuevo. En el caso de María, con la renuncia a las relaciones sexuales se reactivó el conflicto de frustración sexual, durante la fase de reparación se diagnosticó como un carcinoma en el cuello del útero. Todo esto me hace pensar que, en su caso, todo se había desarrollado y evolucionado en un tiempo excesivamente rápido.

— Es lógico, te sentiste «enferma», has vivido una nueva frustración sexual y desarrollaste un carcinoma en el útero. ¿No sufriste ninguna molestia antes o después de la biopsia?
— Tuve un poco de prurito después, pero ahora, no. Hace dos días tuve una pequeña hemorragia.
— El prurito puede deberse a la reconstrucción cutánea. Después del test Papanicolau y después del resultado de la biopsia, ¿te sentiste incómoda haciendo el amor? ¿Cambió algo con respecto a antes?
— Sí, me sentía como si estuviera sucia.
— Es decir, pensabas en que tenías una enfermedad mala dentro de ti.
— Sí, y además tenía miedo por mi chico.
— Pero tú sabes que un tumor no es el sida.
— Sí, claro, lo sé, pero ese pensamiento era más fuerte que yo,
— ¿Pero qué ha sucedido hace tres días, qué te ha dicho tu novio hace tres días?
— María esgrime una gran sonrisa. Se produce una pausa de silencio y después agrega:
— Me ha dicho que deje de preocuparme, que él no tenía problemas ni miedo con lo que estaba pasando.
— ¿Y entonces, cómo fue...? -me río.
Con una gran sonrisa, continúa:
— ¿Cómo lo sabes?
Según la Nueva Medicina el carcinoma se desarrolla después de una úlcera de la mucosa. Después de la solución del conflicto, cuando se retoman las relaciones serenas, la úlcera se repara y se denomina carcinoma
hasta que no se cicatriza del todo. Esta fase se manifiesta con una leve hemorragia. Dentro de un par de semanas, el test Papanicolau debería dar un resultado negativo.
— Te has infravalorado, desarrollaste un carcinoma, la biopsia te lo confirmó, te infravaloraste aún más. Pero tienes una salud fantástica y cuando tu novio te dijo que no estaba para nada preocupado, te relajaste y resolviste tu carcinoma con una hemorragia. Lo has hecho todo en un tiempo increíblemente rápido. Podrías estar ya completamente recuperada.

Puede que tú también hayas oído hace algunos meses sobre el caso de la médico que en Lombardía había observado con preocupación que después de comunicar el resultado positivo de un test Papanicolau, las pacientes desarrollaban en poco tiempo (en un porcentaje muy alto) un tumor en el útero. Comenzó a ocultar los resultados y a comunicarlos como negativo cuando aparecía un resultado positivo, solicitando a la paciente volver a hacerse las pruebas en un breve período de tiempo. En todos los casos, el test Papanicolau resultaba negativo. Durante casi un año la médico actuó de esa manera, archivando los resultados positivos y salvando de ese modo la vida a muchas mujeres. Lamentablemente, una paciente sospechó y se sometió a otro test Papanicolau en otro centro. La doctora fue condenada a una multa administrativa por ocultación de datos, pero nadie pudo acusarla de la muerte de un paciente.
— Pues no sabía nada
— ¿Vives sola, María?
— No, con mis padres.
— ¿Y qué dicen ellos?
— Quieren que me opere enseguida.
— ¿Y tu novio?
— Me deja que decida yo lo que me parezca mejor.
— Escúchame muy bien, la decisión de no operarte es una de las más difíciles porque todos se pondrán en contra, presionarán mucho y en todas las maneras posibles, con buena fe, evidentemente, y creyendo que te hacen un bien. Esto podría provocar en ti ciertas inseguridades y que te infravalores. En tu situación no te puedes permitir perder energías, las necesitas para estar físicamente bien. ¿Estás segura de que no prefieres una operación, tal vez pequeña, antes de luchar contra el mundo?
— Quiero luchar, no quiero operarme.
— Si es así, podemos considerarte prácticamente curada. Han pasado pocos días, pero como has sido tan rápida en todo... de todas maneras creo que sería útil hacer un control. No considero necesario volver a repetir la biopsia.
— Puedo volver a hacer el test Papanicolau.
— Estaría bien. No conozco los tiempos necesarios para favorecer la evolución del organismo tanto como para cambiar el resultado de la prueba de positivo a negativo. No tengo experiencia en esto. Necesito consultarlo con colegas que aplican la Nueva Medicina. Lo que también te digo es que si ahora te haces n un nuevo Papanicolau, el resultado podría ser negativo, algo que representaría para ti un impulso anímico y psicológico notable. Te toca decidir a ti. Pero si eliges volver a hacerte la prueba, mejor será hacerlo en un centro médico diferente, para estar seguros de que quien hace el análisis no se deje influenciar por el resultado positivo de hace algunas semanas.
— Bueno, sí, me lo vuelvo a hacer y lo haré en otro laboratorio.
— En estos días te sientes un poco más cansada de lo habitual, ¿sientes la necesidad de dormir más?
— Sí, es verdad, en ciertos momentos me cuesta mucho mantenerme despierta.
— Es absolutamente normal, estás en la fase de tónica de curación. No fuerces tu cuerpo; si sientes que necesitas descansar, hazlo, aunque sea sólo por unos diez minutos. No tienes que demostrar nada a nadie. Y mientras tanto, hasta que no tengas los resultados de la nueva prueba, evita cualquier conflicto, tensiones, presiones... No es fácil, lo sé y me consta. Has de saber que no estás sola, para cada duda, para cada dificultad me tienes a mí. Me puedes llamar, venir, a cualquier hora, en cualquier momento. Cuídate, sé un poco más egoísta de lo habitual, piensa en ti misma antes de nada.
— Lo haré, gracias. Por suerte, tengo a Lucía y otra amiga, son personas que me apoyan en este proceso y me entienden.
— Muy bien, me alegro mucho de verdad. Verás que todo irá bien. Te recomiendo, además, que una vez al día te des un baño de más de media hora durante los próximos tres días. Tiene que ser con agua muy caliente y 800 g de sal marina, sal gorda. Mientras estás en la bañera deberías hacerte lavados vaginales utilizando una perilla que habrás llenado con el agua salada del baño. Esto ayudará a tu vagina a eliminar las células muertas. Y al quinto día te vas a hacer la prueba.

Cino días más tarde, el 19 de marzo, María fue al laboratorio nuevo a hacerse la prueba. Seis días más tarde le dieron el resultado. ¡Negativo! Y le recomendaron repetir la prueba en un año.

Le escribí a mi profesor de Nueva Medicina comunicándole por correo electrónico la buena nueva, dándole las gracias a él y a l.a Nueva Medicina, al doctor Hamer y también a Dick (su hijo, cuyo sufrimiento es el origen de los descubrimientos de Hamer). Gracias también a Vittorio Emanuele di Savoia, quien al matar a Dick ocasionó también en cierta manera que se originaran las investigaciones que condujeron a Hamer a que descubriera la Nueva Medicina. Le escribo también a un amigo mío americano que me apoya siempre desde el otro lado del Atlántico.

El 31 de marzo es Pascua. Es un día de intenso intercambio de buenos deseos con María, que se siente en plena forma y renacida.

Información I: para completar el testimonio

Al día siguiente de hacerse la prueba, María tiene una muy fuerte discusión con sus padres, le dan una bofetada (hay un hematoma) y la acusan de ser una irresponsable, de no saber cuidarse e intentan convencerla a toda costa de que se opere enseguida.

El 21 de marzo ya han pasado dos días de la prueba pero los resultados no están listos aún, contacta conmigo el ginecólogo y oncólogo de María quien, de manera siempre muy profesional y después de haberme preguntado si yo también soy médico, y me ha recriminado que yo hubiera dado un diagnóstico, prescrito un determinado tratamiento y convencido a la joven de no operarse. Intenta, además, intimidarme y me reclama que no me meta en este caso. También me pregunta si sé lo que es un carcinoma y me ha señalado que María no pudiera operarse dentro de dos o tres meses o que si se operaba tarde su calidad de vida estaría arruinada para siempre.
Le contesté que no había realizado ningún diagnóstico dado que éste ya había sido efectuado, que no había prescrito ningún tratamiento y que había sido la misma interesada quien había decidido operarse o no hacerlo y que yo me había limitado a interpretar la situación desde el punto de vista de la Nueva Medicina de Hamer. Y agregué que, en cualquier caso, la situación no se habría alargado durante meses, sino todo lo contrario, ya que María estaba esperando los resultados de un nuevo test Papanicolau.

A mi interlocutor le sorprendió mucho recibir estas noticias y me aseguró que «nuestras» elecciones, refiriéndose a las suyas y de la familia de María, obviamente, habían sido fruto de una meditación acerca de los riesgos que se corren y con la debida precaución.

Estoy plenamente convencido de que este profesional actuó de buena fe y teniendo en cuenta el bien de María. Me habría gustado que una vez que tuvimos el resultado negativo del último test Papanicolau hubiese vuelto a contactar conmigo para intentar comprender si su comprensión de la salud y la de la Nueva Medicina podían compaginarse, o al menos por curiosidad intelectual.

Información 2: la historia aún no ha acabado

Habíamos previsto llevar a cabo una prueba más y de carácter minucioso el día 20 de abril y para la cual habíamos contactado con una doctora simpatizante del método de la Nueva Medicina. Con ello esperábamos
poder calmar y callar a los padres de María, que insistían acusándola de ser una enferma irresponsable y de no estar bien de la cabeza.

El día 11 de abril llevaron María a un cirujano con un falso pretexto y allí ya estaba preparado todo para realizarse una biopsia.

Por suerte, María tuvo la fuerza suficiente como para rechazar la biopsia, y al médico, al no poder actuar en contra de la voluntad de una persona mayor de edad, se limitó a realizarle un nuevo test Papanicolau, durante el cual tomó tres muestras (ciertameente invasivas y dolorosas). Él mismo se justificó afirmando que era necesario proceder de manera profunda.
Después de este hecho, y como resultado del golpe y sintiéndose traicionada por sus padres, María se aisló, con el riesgo para su salud. El 16 de abril, por la tarde, llegaron los resultados que verificaban que todas las muestras habían dado negativas.

Las reacciones fueron las siguientes. El centro médico del cirujano está alterado, él mismo interroga a María sobre qué tratamiento ha hecho conmigo.

Ella le contesta:
— Nada, no hicimos nada.

El cirujano solicita las muestras de la primera biopsia para volver a analizarla y estudiarla. El primer laboratorio no las quiere entregar y quiere verificarlas. Al final todo se confirma tal y como ha ido sucediendo.

Información 3

Aún no hemos llegado al final y hay más (y ojalá hubiéramos podido evitarlo). Los médicos y los padres de María continúan acusándola de irresponsable, generándole un sentido de culpa.

Cuatro meses más tarde la convencen para hacer una visita ginecológica en la cual se establece y se le comunica que sufre una gravísima inflamación que crece de manera descontrolada, aunque no se trata de un carcinoma. Pero insisten en que se dirija a un centro sanitario para que la observen y le aspiren una pequeña parte del cuello del útero. María está cansada de luchar, necesita toda su energía para su nueva actividad laboral y depende de sus padres, quienes la han ayudado económicamente en la apertura de su comercio. Así que decide aceptar. El 30 de septiembre permanece un día y medio en el hospital, se le realiza una pequeña intervención. Una vez finalizada se le comunica que se le ha extirpado la inflamación y que, además, había restos del carcinoma, con lo cual le han extirpado un poco más, ya que tenía ramificaciones.

Cuando María me cuenta todo lo que le ha sucedido y estas palabras de los médicos, le pido que le entreguen la historia clínica y los informes. Tardan varios días. Al final nos quedamos con la boca abierta al leer que no hay inflamación, no hay carcinoma y que solamente se encontró una vieja herida («daño viral») que se puede interpretar como la cicatriz del carcinoma que ya no existe.

Lo que tenemos que preguntarnos llegados a este punto es sobre la obsesión con el cáncer que se pasa por la cabeza de diversos médicos y entre la gente en general. Hemos de preguntarnos por los motivos que conducen a aconsejar la extirpación de un carcinoma aun sabiendo que los análisis demostraban su desaparición.

Ahora todos están felices y contentos. Los padres de María, porque la hija se ha salvado; los médicos, porque han podido llevar a cabo su protocolo; yo mismo, porque con todo esto se ha demostrado que María estaba ya curada de manera incontestable; María, que me confiesa que ya no podía soportar más las provocaciones de familiares y amigos que la querían siempre enferma y operada. Ella espera que con esta operación ya se haya acabado todo y la dejen definitivamente en paz. Ha llegado el momento de que nosotros podamos colocar un punto final en todo este testimonio.

Información 4

Y la verdad es que no podía haber tenido mejor final, ya que gracias a todo esto hemos podido evitar que algo similar le sucediera a otra mujer.
Stefania consulta a un amigo mío dentista quien ha estudiado la Nueva Medicina y ha leído lo sucedido a María. Durante el tratamiento odontológico, Stefania se confiesa preocupada porque un reciente test de Papanicolau que se ha hecho le ha dado un resultado positivo con un diagnóstico de sospecha de carcinoma y con el consejo de realizar una biopsia. El dentista le pregunta si ha pasado por un período de abstinencia sexual frustrante en los tres meses anteriores y si ha retomado las relaciones desde hace poco. Stefania le cuenta que su marido es auxiliar sanitario y que trabaja en el departamento de infecciosos, y que como se había arañado con una jeringa usada, habían tomado precauciones. El miedo a un eventual contagio los había conducido a interrumpir las relaciones durante dos meses, que se han retomado solamente desde hace unos quince días. El dentista la invita a no preocuparse, que todo entra dentro de los cánones normales y le aconseja volverse a hacer las pruebas dentro de unos quince días. Diecisiete días más tarde ya hay un nuevo resultado: ¡negativo!

Nota:

En mayo de 2005 me encuentro con María. Está bien, para ella lo sucedido es parte del pasado y sólo quiere olvidarlo todo.

Cronología y referencias

Test Papanicolau del 23/ 02 (muestra del 19/ 02) Diagnóstico
Alteración de las células de la mucosa, anomalía de las células epiteliales.
Lesión de la mucosa epitelial de bajo grado comprendiendo HPV, displasia leve.

Lesión de la mucosa intraepitelial de alto grado comprendiendo displasia moderada.

Displasia grave y carcinoma in situ.

Valoración hormonal Compatible con la edad

Comentario:
Se recomienda colposcopia y biopsia Análisis del 06 / 03 Colposcopia
Visualizada zona de transformación anormal en la unión cotonaria Area de yodo clara sin acididad en 0 de márgenes limpios Gl: mosaico regular en 1 -2-3 S G2: marcado regular en 1
Biopsia
Biopsia partió h.12 y 6.

Diagnóstico:
Carcinoma in situ focalmente microfiltrante, extendido en algunos nudos
glandulares, asociado a coilocitosis de VPH

Test Papanicolau del 19 / 03 Diagnóstico
Hormonal: ICP 40%
Oncológico: clase II células parabasales y metaplasma
Filogístico: Mite

Comentario:
Control dentro de un año
32 de marzo de 2002: Pascua (resurrección de los muertos)
Test Papanicolau del 11 / 04:

Diagnóstico
Resultados negativos que no he visto
Nota:
Las pruebas se han realizado en dos laboratorios diferentes.
Análisis histológico del 30 de septiembre de 2002 Descripción macroscópica
Cono de porción de diámetro aproximado de 2 cm y altura 0,8 cm en posición horas 12. La muestra se incluye en bases con secciones seriadas.
1) h. 12 -3
2) h 3-6
3) h 6-9
4) h 9-12
5) restos de material de raspado endocervical

Diagnóstico
Aspectos morfológicos de daño viral extendido HPV (condiloma plano de la partio), con áreas de escamas de metaplasma y con tendencia local a la displasia epitelial leve (1, 2, 3,4)

Restos endométricos con aspecto de referencia a la fase de secresión intermedia (<5)

® Consideraciones técnicas

Ahora analicemos el testimonio desde el punto de vista de la Nueva Medicina. La mucosa del cuello del útero es un tejido epitelial pavimentoso y, por tanto, unido al neoencéfalo, allí donde los tejidos en fase activa pueden ulcerarse y secarse, sin molestia alguna. Durante esta fase activa, el «tumor» ya está presente, pero si no se realizan análisis precoces (biopsia) nadie se dará cuenta porque el test Papanicolau resulta negativo y el tumor aún no desprende células. Incluso una biopsia daría un resultado negativo. La parte activa del conflicto está unida al tema «no hago el amor de manera satisfactoria». Pero desde el inicio de la fase de solución y reparación una biopsia podría resultar positiva mientras el test Papanicolau aún daría un resultado negativo.

En la fase de solución, la mucosa se inflama para reconstruir la zona con úlcera, las células viejas se escaman y aparecen virus asociados a la fase de solución. Es precisamente gracias a esta labor interna que la zona será restaurada. Durante la crisis puede darse una hemorragia.

Un test Papanicolau efectuado durante la fase de solución suele dar valores elevados precisamente porque se basa en la cantidad de células muertas presentes en ese momento; incluso la biopsia resultaría positiva.
Cuando acaba la fase de solución, todo vuelve a la normalidad y los valores de las pruebas son normales y negativos y no es aconsejable tomar tejido inútilmente. Si se realiza un test Papanicolau en la fase de conflicto activo, resultará negativo y con valores muy bajos.

En lo que respecta al diagnóstico del tumor, estamos en la fase reticente del conflicto antes indicado. Esto se debe a la actitud de María justo después de recibir los primeros resultados positivos y a la producción veloz de úlcera del tejido, que viene luego diagnosticado como tumor en la biopsia. La solución del conflicto llega una vez que la joven ha decidido no hacer nada y en el momento en el que su novio le dice que es mejor no preocuparse y ella vuelve a hacer el amor con él. Desde aquel momento, ella tiende a sentirse siempre cansada y duerme profundamente (fase de solución). La úlcera se cicatriza, el tejido crece y es en dicho momento cuando la medicina menciona el carcinoma. La crisis epitelial se da dos días más tarde (en el análisis realizado el 12 de marzo), con una hemorragia. El 6 de marzo llega el resultado positivo de la biopsia, se produce la resolución del conflicto el 10 de marzo. De tal manera se infiere, y teniendo en cuenta la visión de la Nueva Medicina, que podemos realizar la hipótesis de un plazo de tiempo corto en el que el conflicto activo dura pocos días (solamente cuatro) y la fase de solución ocupará el mismo plazo de tiempo aproximadamente, con una crisis epitelial después de dos días. Todo lo cual verdaderamente ocurrió.
La joven se sintió cansada durante dos o tres días más, y el 13 de marzo sufrió una pequeña hemorragia. Luego, desde el día 17 de marzo, volvió a su rutina.

De todo lo anterior podemos concluir las siguientes fases (véase también la cronología completa de la página 154).

Primer conflicto Conflicto activo: largo período de frustración sexual y Crisis del conflicto: la joven encuentra el nuevo amor

Fase posconflicto y fase de reparación: la joven vive este nuevo amor

Durante este momento realiza las pruebas de Pap el 19 de febrero y que dan un resultado positivo, dado que estamos en la fase de reparación (carcinoma).

Segundo conflicto

Conflicto de recaída de frustración sexual, alternando períodos de conflicto y solución, debido al diagnóstico del 23 de febrero. Es durante esta fase (1 de marzo) cuando se realiza la biopsia, cuyo resultado se entrega el 6 de marzo. Hasta entonces, María alterna momentos de preocupación e incredulidad.
El diagnóstico positivo de la biopsia (6 / 03) origina una tercera recaída. Crisis del conflicto (10 de marzo): María decide dejar de preocuparse. Fase de reparación: aproximadamente del 10 al 16 de marzo, con crisis epitelial entre el 12 y el 13 de marzo.

Regreso a la rutina a partir del 17 de marzo.

Durante esta fase se realiza el segundo test Papanicolau (19/ 03).

Durante esta fase se realiza el tercer test Papanicolau (11/ 04).

Durante esta fase se realizan la intervención y el análisis histológico (30 / 09).

En la página siguiente podemos ver la cronología completa del caso de María resumida en un cuadro sinóptico.

Cronología completa del caso de María

Fecha hastaEventos existencialesEventos físicosNivel psicobiológicoEstado psicológico
13/02Conflicto de frustración
13/02Encuentro amorosoSolución conflictoFeliz
19/02Test papanicolauFeliz
23/02Resultado T. PapanicolauPosible carcinomaFrustración reactivaPreocupada
01 /03BiopsiaConstantes reincidenciasAlterna serenidad y frustración
06/03Resultado biopsiaConfirma carcinomaRecaída conflictoFrustración sexual
10/03No es infecciosaSolución del conflictoFin de la preocupación
12/03Encuentro con terapeutaSerena
12/03Leve hemorragiaCrisis epitelialSerena
14/03Segundo encuentro con el terapeutaFeliz
16/03Fin fase reparación
Retorno a la normalidadSerena
19/03Test Papanicolau II
25/03Resultado test PapanicolauNadaMuy feliz
11 / 04Test Papanicolau a traiciónChoque momentáneoAislamiento
16/04ResultadosNadaExhultame
30/09Pequeña operación
Y después...Serena y feliz

Fuente:

Pierre Pellizzari - "Me he tratado con la Nueva Medicina del doctor Hamer"

https://www.pasadofuturo.com/archivos/libromehetratadoconlanuevamedicinadeldrhamer.pdf

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