El error de la teoría de la metástasis
El error de la teoría de la metástasis tiene más de 100 años de antigüedad. |
Hay una teoría y además esto tiene para mí un particular interés personal que es la teoría de la metástasis. Si alguno de vosotros habéis visto los programas de televisión que hemos hecho, en el segundo programa yo hablo precisamente de las metástasis. No me quería venir de Barcelona sin hablar de eso porque tiene una importancia tremenda.
Toda
la oncología se basa en dos hechos fundamentales.
El primer hecho es el diagnóstico del patólogo, del anatomopatólogo, el que analiza las células. Toda la clase médica piensa que el patólogo hace siempre diagnóstico de certeza. El patólogo como dice Hamer es siempre como una tirada de dados. Esto es muy duro.
Tengo
amigos patólogos y algunos que trabajan con nosotros que están de
acuerdo concretamente en esta expresión, que es una tirada de dados.
Es triste decirlo pero el patólogo no es nunca capaz de diferenciar una
proliferación celular que se ha formado en un callo de fractura de una
proliferación celular con la que se ha formado un osteosarcoma si no se
le dice de dónde procede la muestra.
Es decir no son capaces de diferenciar entre una
proliferación celular proveniente de una cicatriz y otra de una
proliferación celular que ha formado un cáncer. El diagnóstico
lo da en medicina la concurrencia de tres servicios: anatomía
patológica, oncología clínica y radiología. Pero ninguno por sí mismo
puede hacer diagnóstico certero en oncología. Ahora unidos los tres… Si
esta muestra que le mando al patólogo es de un señor que ha sido
atropellado por un auto hace quince días, con la imagen radiológica que
muestra el corte en el fémur, está clarísimo que la muestra corresponde a
un callo de fractura. Otro caso. Un señor que tenía un cáncer de hígado
hace dos años y por regla general hace una metástasis generalizada por
todo el cuerpo entonces se trata de cáncer.
Y no es cierto. En anatomía patológica en el diagnóstico celular se
tienen que dar 10 pasos y en cada uno de esos pasos hay 10 variables.
Hay montones de trabajos en medicina clásica que demuestran que una
muestra de tejido mandada a 25 patólogos distintos sin decirles de dónde
procede daría 25 resultados diferentes. Y eso es la base fundamental de
la oncología. A tal extremo que en la calle se dice que un patólogo es
capaz de diferenciar una formación celular benigna de una formación
celular maligna, de si esto es un cáncer de grado tal. Esto es
totalmente falso.
La espina dorsal de la oncología es la creencia en la teoría de la metástasis. La teoría de la metástasis está viva desde hace nada menos que 119 años y la postuló un médico alemán que se llamaba Virchow.
Esta teoría dice que un cáncer originario puede dar metástasis, es
decir otro tumor en otra zona del organismo mediante diseminaciones
patógenas. Es decir que una célula cancerígena se separa del tumor
originario y la metástasis se implanta luego en el nuevo territorio y
allí se reproduce y da por lo tanto un segundo cáncer. Hay un hecho que
es indudable, que todos lo vemos y es que un cáncer se puede diseminar
por todo el organismo. Un cáncer que hoy lo tenemos localizado aquí,
dentro de seis meses puede estar en cinco partes más. De alguna manera
había que explicar este hecho incuestionable. Sin embargo las
teorías siguen vivas hasta que alguien demuestra que son falsas o se
encuentra otra teoría que sea más creíble que la anterior. Esta teoría de la metástasis estuvo vigente hasta los años mil novecientos sesenta y poco.
Si por ejemplo, tenemos un cáncer de hueso en la rodilla y luego aparece en el pulmón todos pensaríamos que una célula de la rodilla, caminando por la sangre llega al pulmón y forma un cáncer óseo en el pulmón. Sin embargo el avance en la electrónica y en los microscopios demuestra que las células del pulmón son siempre células pulmonares.
Por lo tanto esa célula ósea que ha venido viajando por la sangre, al
llegar al pulmón tendría que formar un cáncer óseo y sin embargo en el
pulmón no encontramos un cáncer óseo. Y en el hígado un cáncer que no
sea hepático. Y en hueso un cáncer que no sea óseo. Por lo tanto hay que
reforzar esta teoría y hay que decir que esa célula que por otra parte y
esto quiero recalcarlo que nunca jamás se ha encontrado en la sangre,
esa célula en su camino por la sangre sufre una metamorfosis y se
convierte en el tipo de célula que corresponde al órgano que va. Esta es
la espina dorsal de toda la oncología y la que desencadena todo el
proceso terapéutico oncológico de quimioterapia y radioterapia. Como
dije en el programa de televisión es inaudito que con el avance
tecnológico y de laboratorio que tenemos hoy no hayamos podido encontrar
una célula viajando por la sangre cuando somos capaces de encontrar
otro tipo de células y todos los subproductos de una célula (las
transaminasas, enzimas). Tenemos la forma de encontrarlos y medirlos.
Sin embargo no somos capaces de encontrar una célula entera en la
sangre.
Los japoneses están marcando células tumorales con radioisótopos radioactivos tratando de determinar si esas células viajan por el torrente sanguíneo y hasta ahora no se ha podido ver que alguna célula se ha salido de su tejido y se haya implantado en otra parte. ¿Por qué? Porque esa teoría es falsa.
Hasta que llega Hamer y demuestra el porqué de las metástasis.
Hamer va a un congreso y dice miren, lo que ustedes están contando es
lo siguiente: que una célula cancerígena que es tal porque se ha vuelto
loca, que no sabe lo que hace, se separa de su tumor original, pierde su
conexión con el cerebro pero eso no importa, es autónoma, se pone a
viajar por la sangre aunque nunca se la ha visto.
Es tanto como decir que un canadiense rubio de ojos azules que está loco se hecha a nadar al mar pero como nadie lo ha visto no sabemos a qué mar se ha tirado. Y en su caminar, cuando está nadando sufre una metamorfosis, según parece además de loco es superinteligente porque se da cuenta que va a China y cuando llega a China ya se ha convertido en chino.
Miren hasta ahí hasta podría creerlo. Pero lo que no puedo admitir es
que un oncólogo entre mil millones de chinos pueda afirmar que uno
determinado es el canadiense.
Esta es la teoría de las metástasis: como a una
persona se le encuentra un tipo de cáncer en una pierna todo lo que
aparezca a partir de ese momento aunque no se parezca ni en pintura
viene de la pierna. Entonces cuál es el tratamiento de la medicina
clásica, el tratamiento de la medicina clásica es acabar con esa
hipotética célula que está solamente en la mente de los médicos porque
nunca se ha encontrado en el cuerpo. Acabar con ella como sea, empleando
quimioterapia.
Es el caso de una señora a la que se le ha diagnosticado un carcinoma intraductal de mama.
Hay que quitarle la mama mediante cirugía. Es un bultito que mide un
centímetro y está detrás del pezón, está muy alejado de la parrilla
costal, sin embargo se le quita toda la mama. Le hacemos una mastectomía
total. Pero como pensamos en esa maldita célula que se puede haber
escapado vamos a irradiar toda la zona porque de ese modo vamos a
achicharrar no solamente las propias sino también las extrañas. Y
después por si las moscas le vamos a dar quimioterapia lo cual la
persona, que es mucho más fuerte que lo que la medicina se cree,
aguanta.
Y al cabo de cinco años, revisión periódica tras revisión
periódica cada seis meses, le aparece una osteolisis. Una
descalcificación de una vértebra o una descalcificación de la cabeza del
fémur derecho. Se le hace una gama grafía ósea y esto basta para
diagnosticar una metástasis de hueso. La pregunta sigue siendo la misma:
¿dónde ha estado esa célula durante cinco años? Estamos hablando de una
célula que salió hace cinco años de la mama y que ha aguantado cirugía,
radioterapia y quimioterapia (estaría en el fondo del mar, metida en un
cofre, aguantando todas estas historias) y al final, después de cinco
años aparece en el hueso de la cadera y hace decir al oncólogo que la
señora tiene una metástasis ósea.
O después de 22 años como tengo yo un caso. A los 22 años le aparece una metástasis.
¡Santo Dios! ¿Alguien conoce una célula que viva 22 años? Sin embargo esto que lo conocen todos los médicos no es para ni siquiera pensarlo. Solamente las neuronas viven desde el momento en que nacemos hasta el momento de morir.
Precisamente el único sitio donde no se dan cánceres, en las neuronas.
Lo que pasa es que al no saber, la oncología está dando tumbos de un
lado para otro. Hamer demuestra que esto es totalmente falso.
¿Y qué es lo que dice Hamer? En un proceso oncológico, cuando se tiene un cáncer, hay un momento en que se produce un shock altamente traumático hiperagudo que te pilla a contra pie y que es vivido en aislamiento.
El shock altamente traumático puede comprobarse por medio de una tomografía axial craneana computarizada sin medio de contraste, en el área del cerebro que controla el órgano afectado por el cáncer. Se aprecian círculos concentricos en el punto en cuestión.
Es el propio diagnóstico y el proceso oncológico el que va desarrollando metástasis.
Así encontramos una mujer que desarrolla miedo a morir porque tiene 32
años y le han diagnosticado cáncer intraductal de mama. Al generar el
miedo a morir lesiona a nivel cerebral la zona que corresponde al pulmón
y al cabo de dos meses tendrá una suelta de globos en el pulmón. Y el
médico le dirá ¿ves cómo era verdad que lo que tenías en el pecho era un
cáncer? Y no tiene una metástasis pulmonar proveniente de la mama.
Porque además el intraductal de mama es un ectodermo y el pulmón es un
endodermo, es un adenocarcinoma. Pero puede que esa mujer no desarrolle miedo a la muerte y entonces no le sale nada en el pulmón.
De allí el hecho de que las metástasis son imprevisibles. A esa señora de 32 años no le preocupa la muerte, lo
que le preocupa es que tiene dos hijos pequeños en este mundo y que si
ella se muere, sus hijos van a quedar abandonados y desarrolla un miedo a
dejar a sus hijos en la indigencia y esa mujer tendrá una metástasis
hepática en el plazo de seis meses a un año.
Pero puede que no
tenga hijos y que aguante toda esta historia y que no haga metástasis en
ningún lado. Le dirán entonces -lo hemos tomado a tiempo, quédate
tranquila, no va a pasar nada. Te vamos a dar quimio y radio para nada,
no se puede haber escapado una célula-. Pero a esa mujer la
someten a un tratamiento de quimioterapia y además antiestrógenos que le
van a quitar la libido. Esa señora va a perder su apetito sexual y
tiene 32 años y un marido joven y entonces esa mujer al cabo de un
tiempo sufre una tremenda desvalorización de sí misma en el terreno
sexual.
Y esa desvalorización sexual afecta a la pelvis y como está
en fase activa del conflicto y es un mesodermo perderá sustancia, es
decir se harán agujeritos en los huesos. Al cabo de dos años a un médico
se le ocurre hacer una Gammagrafía ósea y encuentra esos agujeritos y
le dice -tienes una metástasis ósea-. Eso ha ocurrido a los
cinco años del cáncer de mama. La señora recibe el segundo diagnóstico
como diciendo “ya no tengo escapatoria”, si después de cinco años de
estar luchando contra él me vuelve, aparecer ahora ya no tengo
escapatoria-. Ahora es cuando hace miedo a la muerte y aparece la metástasis pulmonar. Lo más maravilloso de todo es que esto se puede demostrar en el 100 por 100 de los casos.
Fuente: Conferencia del Dr. Fermín Moriano, España
Comentarios
Publicar un comentario