Conóceme, mi nombre es dióxido de cloro y soy una molécula que tiene 1 cloro y 2 oxígenos

Por Fernando De la Fuente García, Mtro. QFB.

¿Está usted enterado del funcionamiento del dióxido de cloro o CDS? ¿Conoce usted los elementos químicos que conforman el del dióxido de cloro o CDS? ¿Es usted capaz de identificar la fórmula correcta del dióxido de cloro o CDS? ¿Conoce usted el nombre del compuesto de la siguiente fórmula ClO2? ¿Está usted enterado que el compuesto que tiene la fórmula ClO2 puede actuar como desinfectante oxidando patógenos en el cuerpo humano? ¿A caso está usted enterado de que el compuesto ClO2 es un excelente activador de la mitocondria? Si usted acertó correctamente los cuestionamientos anteriores, déjeme decirle que usted está muy bien preparado y con mucha disposición para entender el proceso de la respiración del cuerpo humano como un proceso más eléctrico que químico.

Cuando te dispones a abrir la mente, una de las tantas cosas que me vienen a la mente, es que todo lo que nos pasa, es en realidad una percepción, podemos considerar el sol abrasador o nutrirnos de su calidez, podemos considerar la lluvia molesta o fantástica para las plantas, durante el tiempo que estamos aquí en este mundo, principalmente percibimos a nivel emocional lo que nos rodea y basándonos en la interpretación de estas percepciones, tomamos nuestras decisiones.

Todas esas decisiones a su vez, siempre traen consecuencias a veces positivas, aunque a veces también nefastas, pero cuidado con esta consideración, porque al decir nefasto, estamos juzgando nuevamente lo que nos ocurre, y esto no es más que otra percepción; a vida es un caminar, donde a cada paso que damos, nos espera un gran aprendizaje para seguir avanzando; conóceme mi nombre es dióxido de cloro y soy una molécula que tiene 1 átomo de cloro y 2 átomos de oxigeno.

El dióxido de cloro al parecer es la sustancia activa de todas las remisiones espontáneas, por lo tanto, vale la pena aprender más sobre sus propiedades básicas, así que los invito  incursionar e investigar un poco sobre el compuesto químico dióxido de cloro cuya fórmula es ClO2, el dióxido de cloro no es un descubrimiento reciente, Humphry Davy hizo el gas en 1814 al reaccionar ácido clorhídrico con clorato de potasio; en los últimos años, se utiliza el ácido clorhídrico para la producción de grandes cantidades de dióxido de cloro, en lugar del clorato de potasio, normalmente se utiliza clorito de sodio (NaClO2 ), el dióxido de cloro (ClO2) es un gas sintético que no ocurre de manera natural.

Un color amarillento-verdoso es el que adquiere disuelto en agua,  tiene un olor irritante parecido al cloro, aunque el olor es muy parecido, el dióxido es muy diferente al elemento del cloro en sí, tanto en estructura química como en cuanto a su comportamiento, porque es un compuesto neutro del cloro, que no se combina fácilmente con otras sustancias; la clave de las recuperaciones de distintas enfermedades, a partir del uso del dióxido de cloro y confirmadas por cientos de testimonios, es que debe haber “algo en común en todas ellas”; para comenzar, cuando hablamos de del dióxido de cloro, se trata de un oxidante, es decir, de una sustancia que facilita la combustión porque añade oxígeno a todos los procesos, a diferencia de otros medicamentos que habitualmente funcionan envenenando las sustancias patógenas.

En el cuerpo, el oxígeno no se acumula y por lo tanto es un proceso fármacodinámico muy diferente, la oxidación, además, es utilizada de manera similar y natural por nuestras células de defensa, como los neutrófilos en el proceso de fagocitosis, que no es otra cosa que engullir y combustionar al enemigo por decirlo de manera simple y coloquial.

Un gas de color amarillento hasta amarillento rojizo, es el dióxido de cloro en realidad, y es porque se evapora rápidamente en el aire, si la temperatura está por encima de los 11 °C, como gas, cuando no está disuelto en agua es muy reactivo, porque es un elemento halógeno cuya característica por faltarle solo un electrón en su última capa, es lo que le hace ser muy fácil de reaccionar y puede causar una deflagración si la concentración es muy alta y la presión del gas está por encima del 10%, es por esta razón por la cual en la industria se fabrica el dióxido de cloro en el lugar donde se necesita, la industria trabaja con el dióxido de cloro en el blanqueo de papel, donde se utiliza de manera muy concentrada y en grandes cantidades, conjuntamente con clorato sódico (NaClO3).

La desinfección de aguas públicas, con el fin de crear agua potable saludable y segura para la ingestión humana, es otro de los mayores usos a nivel industrial, es un desinfectante tan eficaz, que se utiliza tanto para la desinfección de alimentos, como incluso para la descontaminación de armas biológicas de uso militar, como el ántrax (carbunco), debido a la capacidad de eliminar virus, hongos e incluso esporas, el dióxido de cloro es una sustancia excelente para el lavado de vegetales; es seguro utilizarlo y cumple con las regulaciones alimenticias, se utiliza en las manzanas para eliminar listeria y la bacteria E. coli, en patatas contra la caspa de patata y, en cítricos, contra el moho verde y la putrefacción amarga, en el agua de piscifactoría, contra la anemia infecciosa del salmón y la necrosis pancreática infecciosa.

La industria de los alimentos, el dióxido de cloro es la mejor opción (aditivo autorizado = E926) debido a que tiene una muy baja toxicidad residual y ha demostrado que es un compuesto seguro, cuando es usado adecuadamente.

El dióxido de cloro, como es extremadamente soluble en agua sin crear enlaces químicos, pasa a ser uno de los aspectos más importantes para considerar su uso, es decir, es un gas que realmente se disuelve por completo en el agua, esto es debido a que tiene una estructura molecular extremadamente parecida a la molécula del agua y por ésta y otras razones más, se disuelve completamente, una vez que el dióxido de cloro está disuelto en el agua, también es capaz de reaccionar rápidamente con otros componentes, sobre todo si son de pH ácidos.

Cuando libera oxígeno por un lado y por el otro lado forma el ion de clorito

(ClO2-), es una característica clásica de reacción del dióxido de cloro en el agua, el ion es una molécula que está eléctricamente cargada, como si fuera una batería, y en nuestro caso el ion de clorito lleva una carga eléctrica negativa (ClO2-), y también es muy reactivo, el ion de clorito, que tiene una carga negativa, busca para compensarse una carga positiva, para ser estable, en nuestro caso, es el sodio, y lo que tenemos entonces, es clorito sódico; si esto a su vez lo volvemos a disolver en agua, se forman iones de clorito e iones de sodio. El dióxido de cloro, al ser muy reactivo, es capaz de exterminar patógenos en el agua a través de un proceso llamado oxidación.

En Estados Unidos se calcula que unos 12 millones de personas están expuestas diariamente al dióxido de cloro y al ion clorito en el agua potable, sin efectos adversos hasta la fecha; existe incluso algún caso documentado de sobredosificación accidental en un pueblo de China, durante un tiempo prolongado, que tampoco tuvo ninguna repercusión negativa en términos de salud; un aspecto interesante del dióxido de cloro, es que reacciona incluso con la luz ultravioleta y la luz solar, convirtiéndose en: cloro, gas y oxígeno, y ésta es la razón por la que el dióxido de cloro debe ser mantenido lejos de la luz solar y ultravioleta.

Las botellas de cristal marrón son las más adecuadas ya que las botellas transparentes o de cristal azul dejan pasar la luz ultravioleta, y es capaz de hacer reaccionar el dióxido de cloro. Si se ingiere el dióxido de cloro, rápidamente reacciona con patógenos ácidos liberando oxígeno y formando iones de clorito, que después se convierten en iones de cloruro, es decir, la sal común (NaCl), nuestro cuerpo metaboliza esta mínima cantidad en sal sin ningún problema, ya que todos nuestros fluidos son salinos, de hecho, nuestro cuerpo pierde sal de manera constante al orinar y sudar.

¿Qué se sabe del dióxido de cloro? 

Se sabe que el dióxido de cloro es el mejor desinfectante conocido, ya que es capaz de eliminar tanto bacterias, hongos y virus, como parásitos de tamaño pequeño, en un amplio rango de pH, se lleva utilizando hace 80 años para desinfectar el agua potable, sin haber causado problemas en todos estos años, se utiliza en la industria de manera amplia, para desinfección, también se utiliza para el blanqueo de papel, pero en concentraciones extremas que no tienen nada que ver con la dosis de ingestión.

Tampoco es lo mismo la concentración del ácido clorhídrico de nuestro estómago con la concentración al 37% y la del ácido clorhídrico industrial, si nos goteara encima de la piel ácido clorhídrico industrial la disolvería instantáneamente. La razón del uso del dióxido de cloro, es que no destruye la estructura que blanquea, es decir, no es agresivo con la sustancia base, incluso en altas concentraciones. El efecto positivo del dióxido de cloro (CD) está basado en gran parte por su capacidad para fortalecer el sistema inmunológico de nuestro cuerpo, no solo por la oxidación de los patógenos, sino también por otros efectos más complejos.

También es muy importante su poder para aportar oxígeno a las células, como regla general se puede decir, que cuanto más enfermo se esté, más poco a poco se dosificará, en este proceso de oxidación, hay que entender que los residuos tienen que ser eliminados por el organismo; parte de sus posibles efectos “negativos” serían las molestias derivadas de las eliminaciones por parte del organismo, de los residuos de los patógenos y otros agentes dañinos que han quedado destruidos, se aconseja empezar siempre con dosis bajas, las que paulatinamente se podrán incrementar, para así ir eliminando esos residuos progresivamente y sin molestias.

La persona, cuanto más enferma se encuentre, más cargada de residuos tóxicos estará, y esta es la razón para incrementar la dosis poco a poco, con personas que sufran enfermedades graves, se puede decir que la dosificación, depende más del grado de salud, que del peso de la persona. La molécula de dióxido de cloro (ClO2) queda destruida por la reacción química: el oxígeno (O2) liberado se une o bien con hidrógeno (H) para formar agua (H2O) o bien con carbono (C) para formar dióxido de carbono (CO2). El ion neutral de cloro se une a sodio para dar lugar a la sal común (NaCl).

¿Es cierto que el dióxido de cloro puede curar todo? 

Quiero dejar claro aquí que el dióxido de cloro no puede curar todas las enfermedades, sobre todo una de las peores enfermedades de la humanidad: “La estupidez” El cuerpo, solo puede curar enfermedades, y existen herramientas que le ayudan a realizar esta labor, cuando no es capaz de hacerlo exclusivamente por sí mismo, Jim Humble afirmó en su libro, que con el MMS (que fueron las siglas inventadas por Jim Humble para su Sustancia Mineral Milagrosa), se pueden curar todos los cánceres, evidentemente no es así, ya que se trata de una enfermedad compleja, con muchas causas, y además existen muchos tipos.

Sé que él, Jim Humble lo dijo de todo corazón, cuando al principio se podía ver que la gente se recuperaba, y lo que sí es cierto, es que muchas personas se han recuperado completamente de cánceres terminales, pero no es lo mismo decir muchas que todas, otra cosa importante, es que en ocasiones se confunden los términos químicos, les ocurre incluso a profesionales médicos; la sustancia base precursora para hacer dióxido de cloro es el clorito sódico (NaClO2) ¡No es hipoclorito! Hipoclorito es lejía, o también llamada lavandina, que es una sustancia usada para el blanqueo de la ropa siendo otra sustancia química distinta al dióxido de cloro (ClO2).

Sobre todo, a algunos medios de comunicación sensacionalistas, les encanta sacar esta conclusión, ya que la polémica es el vehículo de venta de su programa, cuanta más polémica, más audiencia y más ingresos por publicidad, no importa el contenido, éstos mismos medios de comunicación sensacionalistas, pueden un día inducir a que alguien tome lejía para curarse, debido a sus absurdas afirmaciones; no les culpo, son parte de la “Mátrix” en que vivimos, tampoco es clorato (ClO3 -), que es otra sustancia mucho más agresiva que el clorito sódico (NaClO2), de hecho, su nomenclatura química es clorato sódico (NaClO3) . Se sabe que el clorato sódico causa diarreas y a veces también induce al vómito.

Clorito sódico (NaClO2), el precursor para producir el dióxido de cloro (ClO2) se necesitan, en principio, dos sustancias: una de ellas es el clorito sódico (NaClO2) y la otra es un ácido. De hecho puede ser casi un ácido cualquiera, ya sea ácido cítrico, ácido láctico, ácido fosfórico, bisulfito, vinagre, y un largo etcétera. Para que no haya ningún residuo posterior en la reacción, el mejor ácido sin duda alguna es el ácido clorhídrico, con la sigla o formula química HCl.

Para que el líquido dióxido de cloro resultante tenga un pH neutro adecuado alrededor de pH7, este ácido clorhídrico debería tener un valor de concentración del 4%, aunque el valor técnico (estocástico) de concentración del ácido clorhídrico debería ser más alto en teoría, he decidido usarlo al 4%, ya que el estómago tiene el mismo porcentaje de ácido clorhídrico por naturaleza, y se produce una reacción secundaria más lenta que permite un efecto más prolongado y suave, haciendo más fácil su absorción sin efectos adversos. El dióxido de cloro (CD) consta de dos componentes muy abundantes y baratos: clorito sódico (NaClO2) y ácido clorhídrico (HCl), que cuando se juntan producen un gas llamado dióxido de cloro (ClO2 ) A esta mezcla siempre se le añade agua, habitualmente entre 100 a 200 ml, para finalmente ser ingerido.

Al ser muy hidrosoluble, las mucosas lo absorben fácilmente y así el gas del dióxido de cloro (ClO2) puede penetrar en el tejido intersticial. Este gas disuelto en agua, genera un potente efecto desinfectante selectivo, que elimina por oxidación a todos los agentes patógenos de pH ácido y preferiblemente anaeróbicos, que se encuentran en el cuerpo, pero discriminando las células y bacterias simbióticas que tenemos, debido a su pH más alto. Lo logra por el diferencial del pH de la sangre corporal que es ~7,3 a ~7,4, ya que cuanto más ácido es el patógeno, más fuerte es el potencial de la oxidación (se rige según ecuaciones de Nernst).

¿Qué es la oxidación? 

En este momento quiero explicar, a grandes rasgos y de manera sencilla, qué es la oxidación, Oxidación, en el fondo significa combustión.

Ahora… existen diferentes formas: Ejemplo por oxidación lenta: cuando una manzana se vuelve marrón al cortarse y entrar en contacto con el oxígeno, oxidando su pulpa. Otro ejemplo sería el óxido de hierro, que es una oxidación lenta, pero capaz de desintegrar el metal. Un ejemplo de oxidación rápida: es un fuego, o una explosión, eso es una oxidación rápida.

Nada más nacemos y empezamos a respirar llenando nuestros pulmones con el oxidante más abundante del mundo: “el oxígeno”, que tiene la fórmula O2. Este oxígeno es el que permite que podamos vivir de manera autosuficiente, el oxígeno es esencial para nuestra vida, ya que en primer lugar llenamos los glóbulos rojos de oxígeno en nuestros pulmones, y eliminamos “el humo contaminante” del CO2 al exhalar, no hacemos otra cosa distinta a la que hace cualquier motor de combustión, simplemente que de forma mucho más eficaz, de hecho, durante el proceso, no sólo captamos oxígeno y eliminamos el CO2, también alcalinizamos el cuerpo con cada respiración que hacemos.

¿Cómo funciona el proceso de alcalinización?

Primero, explicaremos cómo funciona el pH y qué significa el potencial de hidrógeno (pH) en nuestro cuerpo, de manera fácil, podemos decir que pH 7 es neutro, mientras que menos de 7 es ácido y más de 7 es alcalino, ¿Estamos de acuerdo? La sangre en nuestras venas (es la que cargada de CO2, va a los pulmones a purificarse) tiene un pH de ~7,31 mientras que la sangre en las arterias (es la que sale de los pulmones purificada llana de oxígeno para distribuir en todo el cuerpo) cuando sale de los pulmones tiene un pH de ~7,41, es decir, con cada respiración estamos alcalinizando nuestro cuerpo, cosa importantísima, ya que durante el día respiramos de 15.000 a 25.000 litros de aire, tanto despiertos como mientras dormimos, así que el proceso de alcalinización básicamente se produce por medio de la respiración.

Esto es muy importante, ya que últimamente se ha podido leer en internet mucho sobre la alimentación alcalina. No es que quiera meterme con la nutrición de ninguna manera, simplemente hay que dejar algunas cosas claras. Durante el día puede que comamos de 500 a 700 gramos, y toda esta comida tiene un pH por debajo de siete, que significa que es ácida. Si entonces pesamos 80 kilos o más, estos pocos gramos no son suficientes para alcalinizar al cuerpo, de ninguna manera. Lo que sí es cierto es que, según lo que comamos, nuestro metabolismo se volverá ácido con más facilidad, ya que los azúcares si no los oxidamos, crean fermentación y esta fermentación a su vez es ácida.

Para decirlo de manera simple, un zumo de manzana al final se convierte en vinagre si fermenta lo suficiente y si tiene suficiente azúcar. El proceso de fermentación también libera energía en forma de calor, pero es poca, en comparación con la oxidación. La relación en el cuerpo entre ambas, es que la fermentación produce aproximadamente 4 unidades de energía, mientras que la oxidación produce 36. La diferencia es obvia. Nosotros somos fuego y lo somos, literalmente, la llama de la vida, pero hay que recordar que no hay fuego sin oxígeno. Volvamos a los glóbulos rojos, que se llenan de oxígeno en nuestros pulmones. Una vez que están saturados de oxígeno, salen de los pulmones hacia nuestros órganos, donde liberan este oxígeno. ¿Pero cómo lo hacen, exactamente?

Lo interesante es que los glóbulos rojos no liberan el oxígeno en nuestros órganos de manera uniforme, sino principalmente donde hay acidez. ¿Qué significa? Primeramente, cuando nuestros músculos ejercen fuerza, se crea el ácido láctico, que, como dice el nombre, es un ácido, en estas zonas la sangre libera mucho más oxígeno que en las zonas no ácidas, se calcula aproximadamente un 16% más, también hay que tener en cuenta que en la literatura científica indica que la célula utiliza el oxígeno sólo para la combustión del azúcar (que es carbón), personalmente, opino que es más complejo, ya que el oxígeno permite a través de la oxidación (es decir de la combustión), crear un entorno más alcalino, ya que la mayoría de los óxidos (los podemos llamar cenizas) son más alcalinos.

Antiguamente, de hecho los jabones, se hacían con ceniza., cuando hacemos ejercicio practicando algún deporte, principalmente ocurren tres cosas en nuestro cuerpo: 1. Quemamos grasas, 2. Quemamos azúcares y 3. Quemamos toxinas, puedo adelantar que la teoría del “estrés oxidativo”, que es una antigua hipótesis de Denham Harman de 1956 y ha sido probada falsa en muchos de sus aspectos, a través de los trabajos galardonados de la “mitohormesis” del profesor Dr. Michael Ristow, que demostraron que el estrés oxidativo a corto plazo prolonga la vida, que es justo lo contrario de lo que se ha creído anteriormente.

Lo voy a explicar de manera sencilla.

¿Quién cree usted que está más sano, una persona que practica ejercicio o una persona con una vida sedentaria en el sofá? “El que hace deporte”, me van a contestar prácticamente todos. Pero vamos a ver… si los que están haciendo deporte pasan mucho más estrés oxidativo, según la teoría antigua, deberían estar más enfermos, porque el oxígeno es el radical libre más abundante de nuestro cuerpo. Ahí podemos observar la manipulación que se ha hecho durante los últimos 50 años, vendiendo suplementos antioxidantes, por valor de miles de millones a diestra y siniestra, siempre se trata de lo mismo, hacer más dinero, un antioxidante no es otra cosa que un apagafuegos dicho de manera simple. Puede ser útil para personas muy flacas y anoréxicas, o mal nutridas.

Pero hoy en día nuestro problema es justo el contrario, hay sobreoferta alimenticia, en combinación con sedentarismo televisivo, y el oxígeno no llega a las células para la oxidación, que significa combustión, recuerda que sin combustión no hay energía, sin energía no hay defensas, y sin defensas hay enfermedad; explicado de manera simple, el dióxido de cloro al disociarse libera oxígeno en las zonas ácidas del cuerpo, muy similar a como lo hacen los glóbulos rojos de la sangre, pero de forma mucho más potente. Sabemos que la mayoría de las enfermedades están relacionadas con demasiada acidez en el cuerpo, también llamada “acidosis metabólica”.

Este oxígeno liberado por  el dióxido de cloro reacciona oxidando los componentes o toxinas ácidas que están en la sangre o en el tejido intersticial, donde ni siquiera la sangre llega, el dióxido de cloro se disuelve extremadamente bien en el agua y por lo tanto puede repartirse por todo nuestro cuerpo, que en un 70% es agua; si una persona pesa 100 kilos, son 70 kilos de agua pero sólo 6 litros de sangre, que hacen la función de líquido hidráulico de transporte, el dióxido se reparte mucho mejor en el agua y llega a zonas escondidas también, al tejido intersticial, sabemos que el dióxido de cloro es selectivo por pH y por lo tanto reacciona con toda substancia que sea más ácida que el 7,3 del cuerpo humano.

También sabemos que prácticamente todos los patógenos ya sean bacterias, virus, hongos o pequeños parásitos, son más ácidos, entonces, debido a su capacidad selectiva, el dióxido de cloro libera el oxígeno justo donde están los patógenos ácidos, provocando la oxidación de los mismos, dicho de manera simple, los quema, no existe ninguna resistencia posible a la oxidación, si es lo suficientemente potente; de hecho nuestro cuerpo y el de todos los demás vertebrados, utilizan el mismo principio en el interior de los neutrófilos, que son las células asesinas de defensa de nuestro sistema inmune desde hace millones de años, estas células engullen a los enemigos, creando una oxidación que los elimina, conseguimos con este efecto un entorno más alcalino, con menos bacterias, virus u hongos, donde el cuerpo puede recuperarse y curarse de manera natural.

La capacidad de oxidación selectiva del dióxido de cloro en nuestro organismo es la clave de todo y yo creo personalmente, que es uno de los hallazgos más grandes de la historia de la humanidad, que puede eliminar gran parte del sufrimiento innecesario, de manera eficaz y muy económica; que esto quizás no concuerde con los intereses de la industria farmacéutica, es otro capítulo. Lo interesante es que el dióxido de cloro no sólo es selectivo, también reacciona de manera diferente con cada patógeno, es decir, cuanto más ácida es la bacteria, más fuerte es la reacción química de oxidación y cuanto menos ácida es, menos fuerte es la oxidación, esta es la razón por la que no afecta tanto a las bacterias simbióticas del cuerpo, ya que habitualmente tienen un rango de pH similar al del cuerpo, y esto es lo que les permite ser simbióticas.

Para que una bacteria pueda atacar a nuestro cuerpo, ésta debe tener un pH más ácido que el de nuestras células, al igual que los imanes. Si nos imaginamos dos imanes con la misma carga, el resultado es que se repelen; sólo si tienen cargas diferentes, es decir si uno es positivo y el otro negativo, se atraen y se quedan pegados, con las bacterias pasa exactamente lo mismo, ojo, ya que el pH negativo es necesario, para poder atacar a través de un intercambio de electrones, las células de pH neutro o ligeramente alcalinas de nuestro cuerpo, debemos hacernos muchas preguntas: ¿para qué necesitamos antioxidantes artificiales?

Hay partes de la teoría de los radicales libres que son ciertas,

sin embargo no se evalúa de manera correcta el hecho de que los radicales libres del oxígeno (las especies del oxígeno reactivo “ROS”) son los más abundantes en el cuerpo. No hay fuego sin oxígeno, el oxígeno es el responsable de la vida y al mismo tiempo convierte todo en cenizas alcalinas, impidiendo que nuestro cuerpo se acidifique. Todo es una cuestión de equilibrio, porque lo que sí es cierto es que demasiado fuego nos quema (esto es básicamente lo que se postula en la teoría de los radicales libres) pero bueno, preguntemos lo siguiente ¿Cuántos de ustedes están corriendo una maratón?… Pocos, ¿Verdad?

La inmensa mayoría de la humanidad que habita el hemisferio norte hoy en día, tiene problemas de sobrepeso, que es justo lo contrario, y significa falta de oxidación y de combustión; así que podemos resumir los peligros del fuego (es decir de la oxidación) del siguiente modo: demasiado fuego nos quema, mientras que poco no nos calienta, un fuego con falta de oxígeno sólo saca humo y el humo nos asfixia, ¿¿No es cierto? Hay que tener en cuenta que el humo resultante de la combustión nos puede dañar, ya que no es lo mismo quemar algunas hojas de papel, que una pila de neumáticos. Lo mismo pasa con el tratamiento con CDS, cuanto más enfermo se está, más poco a poco hay que empezar, debido a la gran cantidad de toxinas presentes en el cuerpo.

¿Sabe usted realmente para que le sirven los oxidantes en su cuerpo?

Los oxidantes son sustancias capaces de almacenar el oxígeno de manera química, como una batería es capaz de almacenar electricidad. Ojo, estos oxidantes liberan este oxígeno bajo ciertas condiciones, es lo que se llama una reacción química, ojo, según la fuerza, la oxidación puede ser lenta, como por ejemplo cuando se oxida el hierro, o puede ser muy rápida, como una explosión. En ambos casos se trata de oxidación. Ojo, oxidación no significa que solamente el oxígeno se combina en el cuerpo con otros elementos. No sólo el oxígeno puede oxidar, también otras sustancias químicas pueden hacerlo, sin embargo, el oxígeno es capaz de oxidar en el cuerpo combustibles como el azúcar o la grasa para generar calor, y las células puedan crear la electricidad necesaria para que el cuerpo y la mente funcionen. Atención, ojo con las dosis de ClO2.

Para entender por qué el dióxido de cloro (ClO2) en las dosis adecuadas no daña las células del cuerpo, tenemos que entender primero las bases de la oxidación. y esto en realidad, no es tan complicado como parece, los oxidantes son capaces de robar electrones a otras sustancias químicas, podemos decir que los electrones son como una especie de cemento eléctrico, que todo lo mantiene unido, ¿De acuerdo?, si ahora se roban los electrones a la materia, la construcción se caería a trozos, es como si quitáramos el cemento a una pared de ladrillos. La diferencia entre un oxidante y otro es su fuerza, que también se llama potencial oxidativo.

El oxígeno como tal, podemos verlo como un elemento básico, que oxida en el cuerpo exactamente lo que debe oxidar y no afecta las piezas vitales, así que estos oxidantes almacenan el oxígeno por un lado, y facilitan la combustión por el otro lado, hay muchos diferentes, no es necesario nombrar a todos aquí, pero podemos mencionar algunos como por ejemplo el ozono (O3); esta molécula triplete de oxígeno se utiliza para la limpieza de residuos en el agua y es una forma excelente de desinfección, ya que por un lado tiene un potencial fuerte que es 2,07 V (volts), y por el otro lado no deja más residuos que oxígeno.

El ozono (O3) también se utiliza en terapias; la terapia de ozono es muy conocida y ha ayudado a muchísima gente a superar sus problemas de salud, en terapias, el ozono muchas veces se usa para enriquecer el oxígeno en sangre, sin embargo debido a su potencial alto, no sólo afecta a las bacterias, sino también a las propias células de la sangre y hay que tener sumo cuidado en su dosificación y aplicación, el ozono se consume a través de la oxidación. Otro oxidante, utilizado en terapias, es el peróxido de hidrógeno (H2O2), también llamado agua oxigenada, que tiene un potencial oxidativo de 1,78 V (volts) y también es demasiado fuerte en términos técnicos. El dióxido de cloro tiene un potencial oxidativo de 0,95 V (volts) en condiciones estándar y además es selectivo por pH, a diferencia de los otros, puestos a elegir es el mejor de todos.

Pasemos ahora  a cuestionarnos lo siguiente, ¿Conoce usted algo acerca de las precauciones en el uso del dióxido de cloro o del clorito sódico? Muy bien, todo profesional que este deseando utilizar tratamientos de dióxido de cloro o del clorito sódico, debe observar las siguientes precauciones: Precaución uno, aunque contiene “cloro” en su denominación, es muy distinto de hipoclorito (lejía), aunque son habitualmente confundidos, cuando mezclamos el clorito sódico con el ácido, generamos dióxido de cloro, que siempre es amarillo con un olor a piscina, pero ojo, si mezclamos hipoclorito con un ácido, se crean gases muy fuertes y tóxicos, insoportables, además la reacción crea bastantes burbujas efervescentes, cosa que no ocurre con el clorito sódico.

Una segunda precaución, es no inhalar de manera masiva los gases del dióxido de cloro, durante un tiempo prolongado, ya que puede causar irritación en la garganta y dificultades respiratorias, en pequeñas cantidades durante breve tiempo es inocuo, como lo demuestran los estudios del Dr. Norio Ogata, la documentación científica sobre la toxicidad del dióxido de cloro, se refiere en principio a la inhalación, que no es lo mismo que la ingestión en cantidades pequeñas, que es inocua. La tercera precaución, nos dice que siempre se añade agua a la mezcla que se obtiene cuando activamos clorito de sodio con el ácido, obteniendo el dióxido de cloro de esta manera, nunca se utiliza de forma concentrada, si salpica algo de líquido encima de la piel o la ropa, hay que lavarlo con agua abundante.

Cuarta precaución, no utilizar recipientes de metal, los recipientes de metal reaccionan con el dióxido de cloro, ya que se oxidan, esto incluye al acero inoxidable, ya que es una aleación que contiene varios metales, como níquel y cromo. En la precaución cinco nos recomienda no utilizar goteros de goma, ya que éstos no tienen suficiente resistencia al pH 13 alcalino del clorito sódico y con el tiempo, se puede disolver la goma en el líquido, dejando partículas en disolución, tampoco son adecuados como goteros ya que las gotas son demasiado grandes.

Precaución seis Sólo utilizar botellas de gotero oftalmológico del PP/HDPE/PE, todos estos materiales son resistentes y soportan la alcalinidad y acidez (pH 13/pH 1), y mantienen las propiedades durante muchos años, cosa diferente con los plásticos transparentes del tipo PET no son recomendables para guardar el clorito sódico concentrado durante tiempo, ya que a la larga se desintegran y dejan residuos en la solución del clorito de sodio. El PET (Politereftalato de etileno), contiene átomos de carbono, que debido a su cercanía al oxígeno tiene una densidad de electrones baja. Resulta ser sensible para reaccionar con clorito sódico (NaClO2) por el pH alto, y entonces se desintegran con el tiempo las cadenas del polímero.

Una pregunta muy recurrente entre los profesionales es ¿Cómo puedo saber si el clorito de sodio está en mal estado? Para eso, el indicador de si el producto está mal es su color, ojo, si el clorito, que debe ser transparente, después de activar se vuelve lechoso, está en mal estado, muy importante, el color activado del dióxido de cloro CD o la Sustancia Mineral Milagrosa (MMS) de Jim Humble, siempre debe ser amarillo- ámbar transparente, antes de rebajarlo con agua, no se deben utilizar botellas de PET (botellas de plástico transparente) con el clorito sódico (NaClO2 ), debido a su pH13. Pero en cambio sí se pueden utilizar botellas de PET con CDS ya que su pH es neutro.

Precaución siete Usar como activador el ácido cítrico puede provocar en personas sensibles una acidosis intestinal con diarreas, malestar, Citrobacter (un género de bacterias que se nutren del citrato), esta mezcla ya no se usa, aunque es igualmente eficaz. Nota: Sí, se pudiese utilizar ácido cítrico para hacer CDS, ya que no entra en la mezcla final, porque solamente se utiliza el gas creado.

Precaución ocho Para la neutralización de clorito de sodio/dióxido de cloro en casos de emergencia, se utiliza estrictamente bicarbonato de sodio y nunca vitamina C (ácido ascórbico) como antes se recomendaba. En caso de una emergencia (si se ha ingerido una cantidad grande de clorito de sodio o de dióxido de cloro), se toma un vaso de 240 ml de agua con una cucharadita de postre de bicarbonato de sodio. Con eso se neutraliza el efecto inmediatamente. Si se toma vitamina C, el efecto del ácido de esta, lo que hace es reaccionar con el clorito de sodio y producir de manera espontánea gas dióxido de cloro y eso no es lo que se quiere.

Una pregunta muy recurrente entre los profesionales en estos casos: ¿Es tóxico?

Quiérase o no, esa una de las grandes preocupaciones cuando tomamos cualquier sustancia o medicamento es saber qué efecto tendrá sobre nuestro cuerpo en términos de toxicidad. Justo en los momentos de redactar el presente documento se ha creado una corriente mundial contra del uso de CDS o Dióxido de Cloro como remedio para curar a las personas positivas de covid-19, corriente que solo tiende a desacreditar de manera irresponsable sin presentar ninguna prueba, solo lo dicen por referencia, provocando con ella muchas baja de personas que merecen vivir y no morir.

CDS o Dióxido de Cloro es otra forma de curar todo profesional de la salud sabe que la toxicidad es una cuestión de cantidad, ya que cualquier sustancia puede ser tóxica. La toxicidad siempre depende de la cantidad y el lugar, así que si se ingiere una gran cantidad concentrada, puede experimentar irritaciones incluso fuertes, aunque la mayoría de las personas no se expondrán a cantidades suficientemente grandes como para dañar permanentemente su cuerpo, la inhalación masiva sí es tóxica, ya que ocupa el espacio alveolar.

El CDS o Dióxido de Cloro 1.

No es una toxina que se acumula en el cuerpo. A diferencia de otras sustancias, se consume en el momento que reacciona con los patógenos. 2. En caso de respirar aire que contenga una cantidad de gas dióxido de cloro, puede experimentar irritación de garganta, nariz y pulmones. 3. De manera demasiado concentrada, produce irritaciones en el ojo, que son reversibles. 4. Debido a los datos obtenidos hasta la fecha y a su uso que data de 100 años, se puede considerar que el dióxido de cloro no produce cáncer, es decir no es carcinógeno. 5. Tampoco existen pruebas de toxicidad dañina en términos de reproducción.

Por el momento en la literatura científica confirmada establece: No existen efectos endocrinológicos, asociados con la ingestión de dióxido de cloro en humanos; No existen efectos relacionados con el cambio de peso por ingestión de dióxido de cloro en humanos; No existen efectos inmunológicos linfáticos documentados por ingestión de dióxido de cloro en humanos; No existen efectos neurológicos asociados por la ingestión de dióxido de cloro en humanos; No existen efectos en los aparatos reproductores por la ingestión de dióxido de cloro en humanos;

Además también, No existen efectos donde el cáncer pueda ser asociado al dióxido de cloro en humanos; No existen efectos mutagénicos asociados con el dióxido de cloro en humanos; No existen efectos conocidos de acumulación del dióxido de cloro o clorito en humanos; No hay caso mortal documentado de intoxicación por ingestión de dióxido de cloro en la literatura científica. Probablemente induce al vómito mucho antes de llegar a una cantidad crítica posible por ingestión.

A manera de conclusión,

te convido a que abras tu mente, aprende a desaprender, y vuelve a aprender es importante conocer, lo único seguro es el cambio, y para este momento vienen a mi mente las palabras de la Dra. de La Argentina Chinda Brandolino que mencionara en una conferencia a distancia coordinada por María José Molina  desde Sud América el pasado sábado 18 de julio del 2020, donde decía lo siguiente, Todos los médicos además de sus profesiones y especialidades, se encuentran estudiando homeopatía, otras medicinas que no son alternativas,  son otras formas de curar dada la dada la incompletitud de la medicina convencional que estudiamos.

Cabe acarar decía la Dra. Brandolino que la medicina oficial no es tradicional, ese es un error lingüístico en el que se incurre y que hay que corregir, tradicional es nuestra medicina  que se remonta a Hipócrates y a la vieja visión integrativa del ser humano,  del microcosmos dentro del macrocosmos, esta actual es una medicina convencional, que por convención a lo largo del siglo XX se ha impuesto, y por supuesto se ha impuesto a través del dinero y de las presiones económicas y políticas, CDS o Dióxido de Cloro es otra forma de curar todo profesional de la salud sabe que la toxicidad es una cuestión de cantidad, CDS o Dióxido de cloro no es toxico, es remedio para curar a las personas positivas de covid-19.

Abrir la mente.

Una de las tantas cosas que me vienen a la mente, es que todo lo que nos pasa, es en realidad una percepción, podemos considerar el sol abrasador o nutrirnos de su calidez; podemos considerar la lluvia molesta o fantástica para las plantas. Durante el tiempo que estamos aquí en este mundo, principalmente percibimos a nivel emocional lo que nos rodea y basándonos en la interpretación de estas percepciones, tomamos nuestras decisiones.

Esas decisiones a su vez, siempre traen consecuencias a veces positivas, aunque a veces también nefastas. Pero cuidado con esta consideración, porque al decir nefasto, estamos juzgando nuevamente lo que nos ocurre, y esto no es más que otra percepción. La vida es un caminar, donde a cada paso que damos, nos espera un gran aprendizaje para seguir avanzando.

¿Cómo quiere vivir su vida? Siempre se tiene la opción de elegir: elegir cambiar, probar alternativas a lo que acostumbra hacer, tener nuevos pensamientos y acciones, en definitiva… evolucionar. Aventurémonos al cambio para el aquí y el ahora, y para el futuro de los que quedan por venir. Abramos la mente a una nueva forma de sanar nuestro cuerpo. Usted decide

Para abrir la mente podemos hacernos preguntas, que la ciencia de hoy no sabe contestar.

Bibliografía:

Sitio Web:  www.andreaskalcker.com



Fuente: https://labrecha.me/?p=224563


 



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