El cuerpo es un espejo fiel de la psiquis.
Observar
las sensaciones o manifestaciones corporales ayuda a conocer la
mente. Si hubiera alguna contradicción entre la psiquis y el
cuerpo, entonces hay que saber que el cuerpo dice la verdad y la
mente está mintiendo.
Si,
por ejemplo, se está desarrollando un adenocarcinoma hepático, y la
mente dice que no hay miedo a morirse de hambre, la mente no está
diciendo la verdad. La mente puede decir: “¡Yo soy hombre muy
viril y no tengo miedo de nada!” Pero en realidad el cuerpo le está
diciendo que se está engañando.
Si,
por otro lado, crece un tumor en el colon, y la mente dice. “No, no
pasa nada, no es nada. Lo que me hizo es insignificante. Estuvo mal,
sí, lo sé, pero no importa...” La verdad es que la mente almacena
aun algún sentimiento debido a la guarrada que ha experimentado.
El
conflicto biológico está activo y por eso el tumor va creciendo. Un
consejo bueno sería recomendar al paciente que tome una actitud algo
más humilde que descubra si en verdad aun no ha perdonado y
olvidado el suceso o el agravio recibido.
Perdonar,
según la RAE, consiste en “per” y “donare”. Es decir estar a
favor (per = pro) de “donar” las exigencias de reparación por el
daño recibido.
El perdón es un arte. Hay cursos que lo enseñan.
Hay libros extensos que muestran la dificultades que significa
perdonar.
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