Sobre mi persona
Después de 19 operaciones de
emergencia mi hijo murió en mis brazos. Dos meses más tarde me
enfermé de cáncer testicular. Tras una amputación de uno de los
testículos y una operación en el estómago se me pronosticó una
probabilidad de supervivencia de menos del 1% (“todo el estómago
estaba lleno de metástasis”) - esto fue un viaje por el infierno.
Ya que siempre, hasta ese momento,
había estado sano, se me vino a la mente la idea que esta enfermedad
tenía que ver con la muerte de mi hijo.
Después de mi sanación (sin
quimioterapia y sin radiación) me propuse también, apenas tuviera
la oportunidad para esto, aclarar la pregunta si es que todos los
pacientes que habían enfermado de cáncer habían tenido
anteriormente un shock similar y terrible como lo tuve yo.
Ahora sé que yo mismo he solucionado
mi conflicto (de pérdida) a través de intensas conversaciones con
mi esposa que era una médica experimentada y bondadosa. El meollo
del conflicto consistió en que me había hecho los peores reproches por no haber transferido a mi hijo Dirk del clima tan inhumano de la
clínica universitaria de Heidelberg (Alemania) cuando aun había
tiempo. En ese entonces la muerte me era indiferente. Incluso cuando
se me dijo que yo tenía cáncer, soñaba durante las noches siempre
con mi Dirk.
La oportunidad de ir al fondo de mi
suposición sobre el origen psicológico del cáncer la recibí en
1981 como médico director interno en una clínica oncológica de
Baviera que estaba asociada a la clínica universitaria de Múnich.
Cuando empecé a trabajar allí algunos se reían de mí: “Este
tendría también que estar internado allí, este ya se está
buscando un lugarcito donde morir ”
Pero empecé a preguntar a mis
pacientes si es que habían tenido una vivencia de shock en sus vidas
antes de enfermarse. Y efectivamente: ¡Se confirmó esto sin
excepciones! Todos los 200 pacientes examinados reportaron una
vivencia similar de shock.
Cuando en octubre expuse mis
descubrimientos a los médicos para que sea discutida, se me obligó
a decidir entre retractarme, o “abjurar”, o “renegar”, es
decir, aclarar que me había equivocado, de lo contrario tendría que
abandonar la clínica inmediatamente.
Me fui. A través del trabajo intensivo
en la clínica oncológica de Baviera aumentó mi certeza que toda
enfermedad oncológica empieza con un severo shock conflictual
experimentado a nivel psicológico. Así continué investigando noche
y día.
¡Al mecanismo generador le denominé
el SÍNDROME DIRK-HAMER (DHS®) porque este mecanismo fue observado
por mí mismo, después de la muerte de mi hijo, en mí mismo y por
primera vez! Desde entonces se me persigue como a una liebre en campo
abierto.
Así la REGLA FÉRREA DEL CÁNCER®,
como lo he denominado, fue el primer paso hacia la actual HEILKUNDE
GERMÁNICA (Nombre oficial de la Nueva Medicina Germánica). Esta fue
la primera de las 5 leyes biológicas de la naturaleza ®.
¡De los 200 pacientes examinados ahora
son ya tranquilamente 50,000 casos que han sido evaluados incluyendo
TACs cerebrales, y nunca se encontró una excepción!
De “Germanische Heilkunde –
Kurzinformation”, 3ra edición Octubre 2011, pág. 13-15 por Dr.
Ryke Geerd Hamer.
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