Dr. Monnot: El Dr.Hamer y Andrée Sixt se equivocaron en tener razón demasiado pronto
Testimonio judicial del Dr.
François A. Monnot
En
mi familia inmediata he conocido tres dramas relativos al cáncer, en
los que la medicina clásica, a través de sus representantes más
autorizados, ha sido totalmente inoperante. Probablemente es lo que
hizo que me interesase por este problema, y que hoy en día esté en
este estrado.
En
Besançon, durante un semestre en 1944, fui interno en el servicio de
cirugía del Dr. Gaston Tisserand, del cual dependía un pequeño
servicio de cancerología. En aquella época el Dr. Tisserand era
presidente del Consejo del Colegio Oficial.
Terminé
mis estudios en París antes de instalarme en Ruan, donde formé
parte del despacho del sindicato de médicos de la Loira. En 1968
vine a ejercer a Cannes, hasta mi jubilación en 1992, a los 70 años.
En
1986 se me había pedido que efectuase un informe para un congreso
médico en el Var, donde hablé en la misma sesión que el Dr. Geerd
Hamer. Su discurso me pareció extraño, pero como tenía la
costumbre de no juzgar un método sin conocerlo, tuve la curiosidad
de leer su tratado de 700 páginas, en el que afirma que una
enfermedad grave o cáncer a menudo está provocado por un choque
psíquico, conflictivo, dramático, vivido en aislamiento, que pone
rápidamente en marcha una lesión en el cerebro, posible de detectar
en un escáner por personal entrenado; a la vez la misma causa hace
impacto en un órgano determinado del resto del cuerpo, siempre
idéntico a causa de un determinado origen. El tratamiento se
desprende de estos principios, y consiste en hacer que el enfermo
tome conciencia del origen moral de su mal, en el curso de una
conversación detallada, confiada y cálida, para que pueda
reconocerlo por sí mismo, y relativizar la importancia y las
consecuencias. Con el escáner, los especialistas como el Dr. Hamer
pueden controlar la evolución del foco cerebral.
En
el tratado de Hamer pude leer, entre otras cosas, que un importante
problema de dinero con alguien de la familia podía ser la fuente de
un cáncer de hígado. Ahora bien, poco tiempo después tuve un
enfermo de Muy que era la ilustración de esta coincidencia, pero no
pensé que esto pudiera tener mucha aplicación práctica hasta que
en Pascua del año pasado me encontré con tres antiguos pacientes,
uno de los cuales con cáncer de oreja, que se curaron ellos mismos
aplicando el método.
Era
más de lo que necesitaba para tener ganas de trabajar el tema. Para
obtener documentos sobre esto contacté con la Sra. Sixt, una
enfermera que había trabajado doce años en la clínica Cléret de
Chambéry, cuyos médicos debieron encontrarla y distinguirla
enseñándole a manejar cortisona y morfina. A través de la familia
Oncieu, con la que ella tenía amistad, y en la que uno de los
miembros que vivía en Alemania había colaborado mucho con el Dr.
Hamer, en particular traduciendo sus libros, ella conoció la Nueva
Medicina por la que inmediatamente se sintió atraída, ella que tan
en contacto estaba con los enfermos graves. Ella la estudió largo
tiempo trabajando los libros del Dr. Hamer y colaborando
ocasionalmente con él.
¿Cuál
es pues el delito que le ha valido los peores maltratos por parte del
Colegio de Médicos? Ella dio a conocer a enfermos prácticamente
abandonados por los terapeutas oficiales, y que iban a verla porque
habían oído hablar del método, por otra parte cada vez más
conocido, de cómo podrían encontrar el origen psíquico de su mal,
y resolver por sí mismos el problema.
Señor
Presidente, quizá me extienda demasiado, pero ignoro lo que le hayan
dicho antes que yo, y pienso que esto representa el mínimo necesario
para juzgar la fiabilidad de esta medicina, que es la intríngulis de
este proceso. Si usted me permite, daré dos detalles:
- Los focos cerebrales que los médicos clásicos denominan metástasis cerebral no se forman por el azar de una migración sanguínea de las células de la lesión cancerosa. Tienen siempre el mismo origen embriológico que el tejido afectado, sin estar formado de células idénticas. Los cancerólogos oficiales, cuando saben este hecho, no lo explican con su teoría.
- Por otra parte, se puede verificar científicamente el éxito de un tratamiento psicológico, ya que de forma inmediata hace pasar al enfermo de un estado simpaticotónico a un estado vagotónico: el primer estado está caracterizado, entre otras cosas, por la aceleración del pulso y la sequedad de la piel; el segundo por un pulso lento y transpiración.
Permita
ahora que este antiguo interno del servicio de cancerosos del
Hospital de Besançon le cite algunas cifras, antes de ver si la Sra.
Sixt puede ser acusada de ejercicio ilegal de la medicina, y de haber
abandonado a enfermos en peligro sin aportarles ayuda.
En
los países desarrollados, una de cada tres muertes lo es por cáncer.
Según el informe de la revista Figaro de setiembre pasado, y a
partir de la clasificación de los mejores hospitales de Francia,
existen 240.000 nuevos casos de cánceres diagnosticados anualmente,
y seguramente en algunas poblaciones poco medicalizadas existen casos
que no han sido registrados. Al mismo tiempo, hay 33.000 casos de
cáncer de mama, el más frecuente en la mujer.
Un
informe de Paris-Match de octubre pasado, más reciente, da la cifra
de 35.000. Un elemental sentido de caridad hacia los enfermos me
impide citar otras cifras.
¿Sabe
usted hasta donde llega el desarrollo de los médicos clásicos ante
este azote? En la clínica más famosa del mundo, la Clínica Mayo de
Rochester, en Estados Unidos, se llega a aconsejar la extirpación
preventiva de los senos a los 40 años, en las mujeres con riesgo (es
decir, las que tienen cancerosos entre su parentela)
Créame
Sr. Presidente, la falta de resultados de la medicina corriente nos
otorga el derecho de dudar de ella, y obliga moralmente a los médicos
que saben la verdad a buscar otros métodos. Pero concluyamos,
La
Sra. Sixt está acusada de ejercicio ilegal de la medicina.
¿Diagnostica
ella? No, es algo que ya está hecho, y si ha alcanzado el estado
de metástasis, la medicina tira la toalla. De todas maneras, no se
va a ver a la Sra. Sixt para saber si se tiene una ciática o un
infarto.
¿Da medicamentos? No, es a través de una cálida
conversación como hace comprender al enfermo y a su entorno de qué
manera puede hacerse cargo de sí mismo y curarse. Excepcionalmente,
en caso de lesión cerebral dolorosa, y que en el escáner aparezca
un edema, ella ha podido decir que en tal caso el Dr. Hamer da un
poco de cortisona; pero usted sabe tanto como yo que los
farmacéuticos no entregan este medicamento, como tampoco la morfina,
sin receta médica. Siempre es un médico quien lo receta.
Al
haber trabajado con el Dr. Hamer, ella es la persona más competente
en Francia para localizar en un escáner los focos de Hamer, que
indican indirectamente cuál es el origen del mal cuando se conoce el
método. A pesar de todo ella tiene el derecho de dejar que se
aprovechen de su ciencia los enfermos que se lo piden, y que
prácticamente están dejados a su suerte.
Humanamente,
no se puede privar de ayuda ni de esperanza a los pacientes en estado
de metástasis que conocen los resultados del método de Hamer y que,
incluso en este estadio, necesitan de una escucha cálida y de una
entrega desinteresada. Nunca he visto a un jefe de médicos sentarse
en la cama de un enfermo y tener una conversación a solas. Los
médicos franceses ávidos de conocimiento la necesitan. De todas
maneras, si encuentran a la Sra. Sixt culpable, ¿quién mejor que
ella puede merecer circunstancias atenuantes por su desinterés, su
caridad en estar disponible a toda llamada, ya sea de noche o en día
de fiesta, si el propio médico no lo hace?
La
Sra. Sixt ha sido acusada de no haber prestado ayuda a personas en
peligro. Si no recuerdo mal lo que leí, me parece que el peligro en
cuestión debe ser accidental, imprevisto, imprevisible. Lo que
evidentemente no es su caso.
En
todo casi, si se tratase de mí mismo, de un pariente o de un amigo,
conociendo un poco el tema y en concreto los resultados de los
diversos métodos de tratamiento, consideraría que estoy faltando a
mi deber si dejase a un canceroso grave que confiase en los servicios
oficiales de cancerología, si no puede ser cuidado en su casa. Todo
el mundo conoce sus resultados, y la prensa señala el fatal
desenlace en las personas siempre que se trate de de un académico,
un presentador de televisión, un actor veterano o un político.
Dr.
François A. Monnot
Le
Saint Hélier – 31, rue du Commandant Bret – 06400 CANNES
Extracto
de la revista "Vous et votre témoignage santé" N° 12 –
Agosto 2004
Hola Luis,
ResponderEliminarDonde encontraste por favor esta revista ?
Tu lees francés ?
Hola Lacto:
EliminarLa encontré en una pagina que ya no está activa. Pero también hay una copia en:
http://free-news.org/hamer31.htm
No, no tengo grandes conocimientos del idioma francés.
Gracias Luis
ResponderEliminar:)
Gracias Luis por seguir contribuyendo al desarrollo de la NMG.
ResponderEliminarA ti, por ser uno de los pocos médicos comprometidos. Ojala que aquí también se comprometan médicos con el espíritu de la NMG y del servicio.
ResponderEliminarExcelente aportación! Felicidades y gracias!
ResponderEliminarMadame Sixt es una de las pocas personas que tienen el beneplácito del Dr. Hamer en la Germanische Heilkunde.
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