La esposa del arquitecto

La prueba del VIH no detecta virus
sólo una alergia contra el esmegma

 

Una mujer diestra de 37 años, casada con un arquitecto de carácter muy suave, concibe una hija. Cuando la hija tiene 2 meses de edad, el marido de la paciente se enferma de una así llamada “hinchazón de los ganglios linfáticos” (pero en realidad era quistes en conductos branquiales = No hodgkin)  y es internado en el hospital. Allí se le realiza una prueba de VIH. Resultado: Positivo.

Después el hombre es tratado durante 1 año hasta que muere.

Sin embargo el esposo le había confesado a ella justo después del diagnóstico de SIDA que él era homosexual, es decir bisexual.

Ella vivió aquí 3 conflictos biológicos:

1) Conflicto de miedo-asco con hipoglucemia (nivel de azúcar bajo),  porque ella se imaginaba a posteriori que cuando él había dormido con ella que él acababa de venir del ano de un homosexual. Ella tenía constantemente (riel) el olor de esmegma y de esperma en la nariz.

2) Desde entonces en ella apareció una idea obsesiva relativa al el ano (= atrás) del (o de los) homosexuales, que le hacía sentir a posteriori atrás un miedo en la nuca -ante un ladrón: es decir una amenaza para ella y para su hija.

3)
Ella quería expulsar retrospectivamente al marido (con las manos y los pies) y sufrió una parálisis parcial temporal del brazo derecho y de la pierna derecha. Parálisis que desapareció después de la muerte del marido.

Ella nunca más durmió con su esposo – hasta la muerte de él (un año después).

Un mes después del diagnóstico de VIH positivo se le hizo también a ella una prueba de VIH la cual arrojó significativamente positivo, debido a que ella no pudo pensar durante todas las cuatro semanas en nada más que en esmegma, esmegma y esmegma; y tenía constantemente el olor en la nariz.

En ese entonces también se le realizó una prueba de VIH a su hija de 3 meses de edad que hasta ese entonces ella daba de lactar, prueba que también salió positiva. Por suerte ella rechazó la toma del AZT tanto para ella como para su hija, debido a que ya conocía la Nueva Medicina Germánica.

Ahora la niña tiene 7 años y desde hace 6 es nuevamente VIH negativa.

¿Qué hizo que la prueba de VIH de la hija arrojara positivo?

La lactancia con la que se transmitió los “anticuerpos del esmegma” a la niña. Esto por lo general es completamente insignificante y en pocos meses o en un años desaparecen dando negativo. Esto es el caso con todos los anticuerpos (sarampión, rinitis alérgica, etc.)  que la madre comparte al hijo con la leche materna, algo que también sucede con las transfusiones de sangre. De la misma manera el niño también recibe los anticuerpos VIH de la madre con la leche materna. Y por tanto la prueba VIH arrojará positivo.

Ahora se grita: La madre ha “contagiado” al niño. Pero a nadie le interesará hacer otras 20 pruebas de alergia que eventualmente también darían positivo en caso que se las hicieran.

Esto significa:

Los rieles (= anticuerpos) de la madre que da de lactar, o los  rieles (= anticuerpos) del donante de sangre son “transmitidos” a través de la leche materna o la transfusión sanguínea. Esto es un hecho descubierto en forma completamente empírica: Todas las así llamadas “alergias”, mejor dicho anticuerpos (contra las mandarinas, uvas, .., esmegma) la tienen también el niño de pecho en un grado ligero o también el receptor de la transfusión, pero no por mucho tiempo.

Esto muestra que este patrón del riel no solo se guarda en nuestro cerebro, sino evidentemente también en los líquidos corporales (leche, suero, etc.). Estos anticuerpos podemos medirlo mediante nuestras diversas pruebas de alergia (prueba de la dermis o de suero). Incluso se puede medir qué concentración o fuerza alérgena tienen.

En la actualidad se puede también diferenciar entre los anticuerpos producidos activamente y los adquiridos pasivamente: Los adquiridos pasivamente no duran mucho tiempo, máximo ½ o 1 año. Esto puede ser también comprobado fácilmente, es decir, por ejemplo, cuánto tiempo existen aun tales anticuerpos en el suero sanguíneo del niño pequeño. Esta capacidad de transmisión de los anticuerpos a través de la leche materna o transfusión sanguínea ha llevado a la idea idiota que el SIDA fuera contagioso. En todo caso no más contagioso que los anticuerpos contra el heno o contra las mandarinas, plátanos, o cerezas.

Se debe diferenciar muy exactamente entre la transmisión completamente inofensiva de los anticuerpos, por ejemplo también con los anticuerpos contra el esmegma y los síntomas que generan el diagnostico chocante (DHS). Chocante porque se le diagnostica en forma estafadora una enfermedad mortal del sistema inmune.

Estos síntomas, que empiezan con el DHS (Síndrome Dirk Hamer) del diagnóstico y del pronóstico, son SBS (programas especiales biológicos) de cáncer o equivalentes al cáncer. Por supuesto que debemos tomar en serio tales síntomas. Pero solucionar los conflictos se puede únicamente ayudando al paciente a que aprenda a comprender la Nueva Medicina Germánica y que entienda que todo esto es una estafa de una mafia con estilo de religión, cuya meta es evidentemente eliminar a las personas.

Fuente:
Capítulo 8 del libro "SIDA – La enfermedad que no existe"
por el Dr. med. Mag. theol. Ryke Geerd Hamer

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