Consideraciones en la Terapia
Por Dr. Ryke Geerd Hamer
La Nueva Medicina no es una disciplina
parcial, que por ejemplo podría ser limitada a la conflictolisis y
delegar las complicaciones a otras disciplinas parciales, sino que es
una medicina global que tiene que considerar todos las secuencias del
desarrollo de un SBS también a nivel cerebral.
Una observación precisa del desarrollo
de los procesos cerebrales durante las fases de la “enfermedad
cancerosa”, ahora llamada programa especial, biológico y sensato
(SBS), es deseable, pero no constituye una conditio sine qua
non*. Dado que el desarrollo a nivel cerebral se produce en
sincronía con el del nivel psíquico y orgánico, también se puede
deducir en cierta medida esos procesos, si se ha adquirido cierta
experiencia en la lectura de las imágenes de TAC cerebral.
* conditio
sine qua non : Condición obligatoria. Acción,
condición o ingrediente necesario y esencial —de carácter más
bien obligatorio— para que algo sea posible y funcione
correctamente
En general
la TAC cerebral, por lo menos respecto a los hemisferios del
neoencéfalo (telencéfalo), se puede
valorar bien, porque cualquier desplazamiento de masa y cada proceso
que requiera espacio es reconocible por la compresión o el
desplazamiento de los ventrículos o cisternas cerebrales.
De la misma manera como solo os puedo
dar pocas reglas de pulgar* respecto a los métodos óptimos de la
terapia psíquica de los pacientes, igualmente solo os puedo dar las
siguientes reglas de pulgar en este campo:
* reglas de pulgar: criterio
de amplia aplicación que no es necesariamente preciso ni fiable en
toda situación.
1. Si el
conflicto responsable todavía está activo en el paciente, entonces
en este estadio, antes de la conflictolisis (solución del conflicto), se debería hacer una
TAC cerebral inicial.
A) El examen inicial es importante para
valorar las cicatrices que hay en el cerebro. El paciente nos podrá
contar “sólo” sus conflictos. Pero la manera cómo han
“golpeado” y qué conflicto biológico han desencadenado en él,
todo eso se puede ver en la TAC.
B) La TAC inicial es importante para la
comparación posterior, porque a menudo todavía no hay ningún
edema, mientras que las sucesivas TAC pueden ya mostrar edema intra y
perifocal.
C) La TAC inicial es además
especialmente importante para ver si con la terapia se ha “pillado”
correctamente al conflicto. Normalmente se sabe incluso sin TAC. Pero
hay casos que presentan dudas, especialmente en el DHS de recidivas (de recaídas),
para los que viene bien tener la TAC inicial.
D) Para el paciente es importante saber
(dado que desea ver algo y aquí se le puede mostrar) como se produce
el desarrollo de tal manera que se tranquilice. Cuando el paciente
nota que el médico está seguro su caso y confía en lo que hace, se
calma, porque ¡impedir el pánico es una necesidad de primer orden!
2. Si
el conflicto responsable en el paciente todavía no se ha resuelto,
es importante hacer una TAC cerebral lo antes posible:
A) La crisis epiléptica o epileptoide
que se produce puede crear alguna complicación que se debería poder
calcular anticipadamente. En los infartos cardíacos en base a este
método se puede calcular el infarto con una aproximación de unos
más o menos 14 días si se sabe cuando se ha producido la solución
del conflicto y lo que se ve en la TAC cerebral.
B) En el caso de pacientes para los que
no se está seguro del momento de la conflictolisis, que, de por sí,
no es tan puntual como el DHS, el edema cerebral puede llegar en
cualquier momento inesperado.
C) Dependiendo de la TAC cerebral se
puede realizar un eventual tratamiento con medicamentos en la fase
PCL.
3. La TAC de
control, además de los controles del desarrollo psíquico, nos
proporciona dilucidaciones* sobre la evolución del programa especial.
Este examen es casi más fácil que el del órgano, porque los edemas
de reparación en el órgano, distintamente que en el cerebro, a
menudo presentan problemas de examinación.
* dilucidar: Aclarar y explicar un asunto, especialmente si es confuso o controvertido, para su posible resolución.
A) El paciente y el médico se
tranquilizan si pueden verificar la evolución del programa biológico
(SBS). Resulta especialmente importante para el paciente conseguir
reconocer el punto de cambio hacia la normalización y constatar que
ahora ya no hay peligro.
B) El estado edematoso del cerebro nos
da una buena posibilidad de valorar la dosis de cortisona, etc., con
cuya ayuda disminuimos la formación de edema en el cerebro y en los
órganos —con la ventaja de un menor riesgo, pero con la desventaja
de una duración mayor de la fase PCL del programa SBS.
C) El paciente de tratamiento
ambulatorio desarrolla a menudo un nuevo conflicto entre su última
visita a la actual, conflicto del que no habla porque quizás le
resulte demasiado penoso. Pero es muy importante saber estas cosas.
Los nuevos focos en actividad son eventualmente difíciles de
descubrir en una imagen de resonancia magnética, mientras que se ven
mucho mejor en la TAC cerebral.
20.3.1. Reglas de orientación para
la terapia: el código de nuestro cerebro.
Quiero desde aquí adelantarme a la
crítica de religiosos entusiastas que quizás insinuarán que ahora
quiero dar reglas de hombres, en sustitución de las leyes divinas, o
como quiera entender cada doctrina de fe en particular.
Esto no es
verdad o por lo menos solo en parte. El hombre, como criatura de
Dios, tiene su lugar dentro de todo el cosmos divino. Este lugar
viene indicado mediante el código de su cerebro.
Cualquier animal sigue el código de su
propio cerebro, que está presente en él igual que en el hombre.
Ningún león caza más presas de las que le hagan falta para
satisfacer su hambre. El hombre por el contrario inventa las bombas
atómicas, armas para la destrucción masiva, y durante este tiempo
se ha capacitado para destruir, en teoría, varias veces el planeta
entero. Por lo tanto debe haber pasado algo en el código de ciertos
hombres o pueblos, se ha destruido algo por lo que han decidido este
modo de vivir paranoide-megalómano, del todo innatural, que llamamos
civilización, pero que no está previsto en el código de nuestro
cerebro, sino que representa una desviación.
Tampoco no es posible seguir viviendo
en una doble vía, es decir, por una parte según la civilización (o
lo que se tenga por tal) y por otra de acuerdo con el código
biológico.
¿Cómo se puede curar a un abuelo que
ha sufrido un DHS porque, de acuerdo con las normas de la
civilización, se le ha mandado a un asilo, cuando sin embargo su
cerebro no lo tiene previsto así? La sociedad espera que se le cure
allí, que él se “adapte”, por eso se le entrena para que sea
parte del asilo de ancianos.
Tenemos que intentar resolver su
conflicto sin que su código esté preparado, lo que es muy
problemático, por no decir contranatura. Realmente existen
obstáculos y constelaciones donde la solución del conflicto en base
al código no es realizable. Pero eso no tiene nada que ver con el
principio. El camino hacia una nueva consciencia de un comportamiento
conforme al código será un camino largo.
Los grandes revolucionarios y
reformadores a menudo parten del concepto de que todos los hombres
son iguales, que sólo hace falta encontrar un sistema bueno para
poderlos gobernar a todos de un modo socialmente ideal. Eso se ha
revelado como falso.
En el código de nuestro cerebro entra también
la familia y el ambiente que nos rodea. No puede tener ningún
sentido considerar al hombre sólo como individuo aislado, porque
esto genera conflictos con nuestro propio código.
El sentido y la finalidad de estas
consideraciones son que no preguntéis más cómo se tiene que hacer
concretamente la terapia de la enfermedad cancerosa. El médico
inteligente y carismático entenderá lo que quiero decir. Los
médicos ciegos, simplemente, no entenderán nada.
Preguntadle a una
madre cómo consigue curar las preocupaciones de su hijo y ella
responderá muy desconcertada que no sabe. Pero hasta ahora siempre
lo ha conseguido, le ha dado al niño consuelo y ha conseguido que se
vuelva a alegrar.
Si quisiera daros insensatamente
esquemas rápidos, los médicos simplicistas y ciegos encontrarían
sólo nuevas y diferentes dificultades, porque el paciente no está
suspendido en el vacío, sino que piensa, siente, y sigue viviendo.
Como ya he dicho, tampoco hay tiempo para organizar largos proyectos
de terapia. La investigación para descubrir su conflicto, del que
hasta ahora no ha podido hablar con nadie, a menudo constituye ya el
comienzo del proceso.
Vuelve el tiempo de los verdaderos
médicos, de los buenos conocedores del hombre y dotados de gran
talento, que en el pasado existían y con el pasar del tiempo en la
medicina moderna han sido destruidos por los “ingenieros médicos”,
que hacen pasar por joyas sus insensateces.
Pero sí os puedo dar una receta
práctica para el camino:
¡Nunca pongas al paciente en
pánico, porque podría morir!
Con la Nueva Medicina ya no hay motivo
para tener pánico. Él puede entender muy bien lo que sucede y lo
que tiene que suceder. Casi todos los pacientes (el 95% y más)
pueden sobrevivir a su enfermedad cancerosa si se impide el pánico.
Muchos de los pacientes sufrirán de nuevo otro conflicto y tendrán
otro cáncer. Esto es normal y así es la vida, de hecho. Pero esto
no tan tremendo si se tiene un médico sabio que ve esto como
totalmente normal.
Los esquemas fijos están
prohibidos.
No son aptos para las situaciones
psíquicas y a las constelaciones de diferente tipo. ¡Si para uno es
importante su canario, para otro quizás lo es su castillo! Los dos
conflictos o problemas tiene la misma importancia y el mismo valor.
Sólo un tonto no lo entiende.
Pero dar recetas a un tonto para que
haga cosas de modo inteligente, es una insensatez.
Si no puedo establecer reglas precisas
respecto a como se tiene que proceder “psicoterapeuticamente” con
un paciente, por desgracia menos puedo dar normas sobre cómo se
tiene que tratar a los familiares de este paciente o a su jefe o sus
compañeros de trabajo, para que ellos puedan “involucrarse” con
la terapia. Queda el arte y a la gran sensibilidad en cada médico.
En este campo experimentaréis todos bastantes fracasos, como me
sucede a mí. Y a menudo, por desgracia, los familiares no están
interesados en que el tío, el cuñado o el padre siga viviendo, para
que no se retrase más todo el “asunto de la herencia”. A los
sabios no les cuento nada de nuevo. ¡Hay límites a las
posibilidades de la terapia!
Fuente: Legado de una Nueva
Medicina, Tomo 1, capítulo 20.3. “El nivel cerebral:
observaciones del desarrollo y la terapia de las complicaciones
cerebrales”.
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